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lunes, 28 de noviembre de 2011

Artículo fue publicado en 1999 en la revista GERUSIA

Plan nutricional para una sana longevidad
Dr. Joaquín González Aragón*
* Director fundador del Instituto Mexicano de Estudios en Longevidad. Ex presidente del Consejo Mexicano de Ceriatría y Presidente Honorario de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de México. A.C.

Este artículo fue publicado en 1999 en la revista GERUSIA y representa la transición de la geriatría a la medicina antienvejecimiento en el contexto académico del Dr. González Aragón. Por primera vez se utilizan conceptos adelantados para darse a conocer al público y a la comunidad científica en materia de nutrición para la vejez.

La expectativa de vida o longevidad está directamente relacionada con la capacidad del organismo de mantener su ADAPTACIÓN A NIVEL GENÉTICO, DEL MEDIO INTERNO, DEL SISTEMA NEUROENDOCRINO Y DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO. PARA LOGRAR LA ARMONÍA EN EL FUNCIONAMIENTO DEL ORGANISMO, EN CUANTO AL CONSUMO NUTRICIONAL SE REFIERE, NECESITAMOS CONOCER:

a) Los alimentos que nutren y protegen el código genético y mantienen el Ph estable, b) los nutrientes que ayudan a mantener un balance de las hormonas reguladoras (hormona de crecimiento) y el balance de los niveles de insulina y glucagon. Por ejemplo, los individuos que consumen cantidades elevadas de azúcares simples y carbohidratos refinados, combinados con demasiadas proteínas animales, tienen los niveles más bajos de hormona de crecimiento y los niveles más altos de insulina, esto se traduce en envejecimiento prematuro de órganos y sistemas del cuerpo.
INGESTA Y ALARMA
El efecto de ingerir demasiados carbohidratos simples o refinados y sustancias estimulantes como la cafeína, produce elevaciones de insulina, que a su vez, origina una hipoglicemia a la cual el cuerpo responde produciendo una cantidad extra de adrenalina, cortisol y cortisona. Estas hormonas alteran la armonía de toda la orquesta neuroendócrina y el cuerpo desencadena una reacción de "alarma", similar a la provocada por una amenaza, daño o estrés, que se agrega a la que la vida moderna nos coloca en forma constante. Este es un círculo vicioso que promueve la acidificación del medio interno y es causa de envejecimiento prematuro a nivel molecular y tisular (de tejidos).
Las personas agresivas, apasionadas, conflictivas, ansiosas y paranoides y las que tienen tendencia a enojarse y violentarse, son las que más caen en estos círculos viciosos que se amplifican cuando la gente ingiere café, fuma para tranquilizarse o busca otro tipo de adicciones.

TABLA 1. ALIMENTOS QUE CONTIENEN CARBOHIDRATOS COMPLEJOS, PROTEÍNAS Y CRASAS


Consumo diario: 50%

VERDURAS elotes chiles limones
espinacas
chayotes
pimientos
sandía

brócolis
nopales
morrones
ciruelas

berros
rábanos
berenjenas
peras

nabos
acelgas
cebollas
melón

lechugas
quintoniles
germinados
mango

col de Bruselas
perejil
de trigo y de
fresas

coliflores
cilantro
frijol
pina

coles
apio

papaya

calabazas
tomate
tortillas
jícamas

pepinos
remolachas
pastas
mandarinas

alcachofas
zanahoria
FRUTAS
guayabas

verdolagas
betabel
uvas
tejocotes

flor de calabaza
hongos
naranjas
duraznos

huitlacoche
ejotes
toronjas
chabacanos


PRINCIPIOS DIETÉTICOS
Una sana nutrición no se basa en ayunos, cuentas de calorías o reducciones de ingesta. Sólo hay que conocer e ingerir los alimentos que la naturaleza ha dotado de la proporción precisa para la regulación hormonal del organismo: los que contienen 60% de carbohidratos, un promedio de 35% de proteínas y cerca de 5% de grasas (tabla 1).
EQUILIBRIO NUTRICIONAL
El plan nutricional consiste en consumir equilibradamente de las tres tablas: de la primera en 50%, para proveer al organismo de suficientes carbohidratos complejos; de la segunda, el 30% para la dotación de proteínas y 20% de la tercera para la ración diaria de grasa-proteína. El resultado es una dieta baja en grasa animal, alta en fibra y alta en carbohidratos complejos.
Las personas mayores de 30 años deben evitar ingerir productos de origen animal y procurar reducir o mantener la ingestión de grasas saturadas al 10% de todo el total de alimentos ingeridos en el transcurso del día. Esto se refiere a evitar grasas y aceites procesados, refinados e hidrogenados (margarinas). Está permitido uno o dos vasos de leche descremada en el día y dos o 3 huevos a la semana.

CONSUMO CONDICIONADO
Está permitido comer pescado, pollo y pavo, siempre y cuando se consuman proporciones reglares de los alimentos de la tabla 1y 2, recordar que contienen grasas saturadas y que interfieren en el transporte y utilización de las hormonas antienvejecimiento como la Pregnelonona y la DHEA. Jamás consumir más proteína animal de la que quepa en la palma de la mano.

LIBRE DEMANDA
Tomar a libre demanda tés de hierbas, aguas naturales con limón o naranja, aguas filtradas, juegos de frutas frescas. Evitar el consumo de aguas minerales.
Al consumir uno o más de los alimentos de la tabla 1, en una o dos comidas diariamente, se mantendrá un balance metabólico neuroendócrino que asegura adecuados niveles de hormona de crecimiento y se mantiene-
bajos los niveles de insulina y glucagon. El Ph se mantendrá a niveles antienvejecimiento en el medio interno.
La grasa contenida en los alimentos de la tabla 1 no contiene colesterol, en su lugar contienes grasas insaturadas y polinsaturadas en altas concentraciones, que mantendrán correctos los niveles de LDL, con tendencia a la baja y se elevarán los niveles de HDL (colesterol bueno). Mantener niveles adecuados de grasas monosaturadas o polinsaturadas es muy importante para la producción de hormonas esteroides, pregnelonona, DHEA que son las precursoras de testosterona, estrógenos y progesterona.
El aceite de oliva extra virgen es una grasa monosaturada que también está presente en aguacates y nueces de la india, que nuestro cuerpo requiere para las hormonas esteroides y ecosenoides.
Al seguir un plan de alimentación basado en estos principios y cambiando nuestros malos hábitos dietéticos, estaremos preservando el código genético, estimulando los niveles de hormona de crecimiento, manteniendo la homeostasis del medio interno (autorregulación hacia el equilibrio saludable).

TABLA 2. ALIMENTOS QUE CONTIENEN CARBOHIDRATOS-PROTEÍNAS
Consumo diario: 30%
alpiste
frijoles
salvado y

mijo
arroz
centeno

centeno
cebada perla
papas-camotes

pan blanco
amaranto
calabazas

pan integral
ajonjolí
todas las

pan centeno
alubias
legumbres

lentejas
avena
atoles

chícharos
germen de
manzana

alberjones
trigo
plátano

garbanzos
pan germinado
mamey

habas
hojuelas de
chirimoya


Procure nunca saltar comidas y mantener al menos de cuatro a cinco horas entre una y otra. Para evitar el consumo de proteínas animales es importante tener un alimento en polvo o líquido de tipo proteico, sobre todo si se trabaja fuera de casa, como refuerzo de los alimentos que se ingieren en restaurantes y para sustituir la comida cuando tenga que saltarse, con el objeto de evitar desgaste energético y elevaciones de insulina. La cantidad de polvo proteico que se debe ingerir depende mucho de la actividad que se está desarrollando o del tipo de trabajo.

TABLA 3. ALIMENTOS GRASA-PROTEÍNA

Consumo diario: 20%

semillas o pepitas
pistaches
CARNES

almendras
nueces
pollo

cacahuates
granola
pavo

aceitunas
coco
atún

semillas de girasol
aguacate
robalo

frijoles de soya
aceite de
bacalao

nueces de la India
oliva
mojarra

avellanas

salmón



trucha



carnes magras


Para quienes resulte difícil empezar este plan se les recomienda disminuir progresivamente el consumo de alimentos que aceleran el envejecimiento y aumentando la ingestión de alimentos antienvejecimiento, al hacerlo, obtendrán beneficios palpables, una mayor energía y una eliminación de la grasa indeseada. Cada uno de nosotros debe tratar de fijarse objetivos de acuerdo con la autoestima y el conocimiento, sin esperar que en corto tiempo se alcancen grandes resultados. Un hecho indudable es que, al cabo de un mes, se sentirá más joven, más vibrante y la gente empezará a decirle que lo nota mucho mejor, lo que será su mayor estímulo y más grande reconocimiento.



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Artículo Publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología

Criterios básicos de evaluación y manejo del paciente geriátrico
Dr. JOAQUÍN GONZÁLEZ ARAGÓN G.
Publicado en REVISTA ESPAÑOLA DE GERIATRÍA Y GERONTOLOGÍA
Tomo XV. Mayo – Junio 1980. Numero 3.
Este es un artículo pionero para la geriatría española y mexicana donde se presentan los criterios básicos para el manejo de las personas de la tercera edad. Recibió excelentes comentarios y sirvió de base para la publicación en 1990 de su libro “El Paciente Geriátrico” y en el 2003 para la de un libro más extenso de editorial Trillas, “El Paciente de Edad Avanzada, un paciente diferente”. Estos textos han servido en las escuelas de enfermería, gerontología y para las cátedras de geriatría de pregrado y en la especialidad, es decir, en la formación de los profesionales dedicados a la atención de los adultos mayores.
Introducción
El médico que se dedica a la Clínica diariamente, ya sea en su práctica familiar o de especialidad, trata a pacientes geriátricos tanto a nivel privado como institucional; nos damos cuenta que ese número de pacientes es muy importante y constituye un porcentaje muy elevado de la consulta diaria en el consultorio o en el hospital, y ese número seguirá aumentando porque la medicina moderna, con sus avances, ha determinado que la nueva especialidad de la Geriatría sea la consecuencia del mejoramiento de los núcleos de salud y las condiciones de vida para todos los seres humanos.
Por esa misma razón los geriatras que ya practicamos la especialidad nos damos cuenta que una gran mayoría de esos pacientes son subestimados y mal manejados en el aspecto biópsico-social porque el personal médico, paramédico y asistencial no ha tenido el debido entrenamiento para valorar y enfocar las condiciones patológicas y psíquicas y sociales de los viejos, lo que trae como consecuencia fracaso en los tratamientos, rechazo por parte de los pacientes y una decepción física y psíquica hacia la medicina, sus representantes y las instituciones que contribuyen a profundizar el problema de deterioro orgánico y psicológico que llevará al paciente hacia actitudes negativas que inevitablemente culminarán en el acortamiento de la vida y creación de problemas a la familia y el Estado; estas actitudes conducirán a un desperdicio de recursos humanos y materiales (horas, médico, hospital, medicamentos, falta de productividad, etc.) únicamente por la falta de preparación del personal y porque los errores que se cometen diariamente se siguen cometiendo desde hace muchos años y nadie se ha puesto a meditar en la importancia del problema, de la falta de comprensión entre Servicios de salud y paciente geriátrico.
No sólo es el problema de la elaboración del diagnóstico, sino considerar siempre la particular condición del paciente y de su medio ambiente, que en el viejo es más patente que en ningún otro enfermo.
La separación del proceso del envejecimiento y de las condiciones morbosas que suelen acompañarlo debe hacerse con gran cuidado, ya que uno de los errores principales es considerarlo todo como irremediable y como consecuencia de la misma edad, y al hacerlo lo consideramos como algo inevitable, para lo cual no hay tratamiento ni esperanza de mejoramiento. Siendo importante ahora saber que el envejecimiento es raramente causa de enfermedad o de muerte y menos aún sinónimo de enfermedad.
La Geriatría se encuentra en el momento en que debe ser considerada dentro de los programas curriculares de la Escuela de Medicina y Enfermería a nivel de pre y postgrado, ya que, como en el caso de la Pediatría, existe clara justificación para su jerarquía dentro de la Medicina.
Algunos conceptos que fundamentan la importancia de la Geriatría
1. La tremenda diferencia en el proceso de envejecimiento de individuo a individuo a una misma edad después de los sesenta años, lo que nos hace meditar que cada paciente geriátrico es distinto y el viejo aforismo médico de «No hay en¬fermedades, sino enfermos» adquiere mayor relieve en la vejez.
2. Que dentro de un mismo organismo los órganos no enveje¬cen a la misma velocidad y su involución no obedece a pro¬cesos tan específicos y similares como lo fue el desarrollo durante la infancia.
3. El envejecimiento es un proceso que dura toda la vida y que está determinado por factores genéticos o intrínsecos y am¬bientales o extrínsecos que inciden de diversa manera en los distintos individuos a las diferentes edades.
Puntos clave para evaluación y manejo en Geriatría
Para una correcta evaluación y manejo del paciente geriátrico debemos considerar los siguientes puntos:
a) Tener el conocimiento de las alteraciones morfológicas y fisio¬lógicas durante el curso de la involución del organismo en el proceso del envejecimiento con sus componentes degenera¬tivos.
b) Entender que la homeostasis disminuida y por tanto inestable hace un equilibrio muy precario y una línea divisoria muy estrecha entre normalidad y enfermedad, entre fisiología y patología.
c) La disminución de las reservas funcionales, respuesta inmunológica, capacidades adaptativas, etc., determinan un aumen¬to de la susceptibilidad y vulnerabilidad a los agentes agreso¬res bióticos y abióticos.
d) Que no existen enfermedades propias de la vejez, sino que son las mismas enfermedades que se presentan en cualquier época de la vida, pero que por lo expuesto adquieren caracte¬rísticas peculiares.
e) Vejez no es sinónimo de enfermedad, aunque se puede decir que el envejecimiento proporciona las bases para la patología, por lo que es un hecho reconocido que la frecuencia de apa¬rición de enfermedades aumenta con la edad.
Por tanto, es mi propósito señalar en forma somera algunos criterios que considero que si son razonados por los médicos y/o personal asistencial que tratan a ancianos serán de gran utilidad y redundarán en beneficio de su prestigio profesional, la salud de sus pacientes y el mejor aprovechamiento de los recursos.
Primer criterio: No dañar ("primun nil noeere")
El primer principio de buena atención médica a todas las edades. El viejo es uno de los individuos más susceptibles de ser dañado. El arma más tremenda que puede usar el médico contra el anciano es «la palabra»: un comentario mal interpretado, un manejo rudo, una falta de tacto o sensibilidad pueden ser la ruina para la salud del paciente. Por otro lado estudios peligrosos o molestos (arteriografías, colon por enema) son verdaderos daños físicos que debemos ser prudentes y no exagerar nuestra condición de superclínico. No me detendré en el aspecto del uso y abuso de los medicamentos porque serán abordados más adelante.
Segundo criterio: Buscar siempre enfermedades tratables
Este principio no se sigue como debiera, quizá porque estos procesos están enmarcados por otros o porque no aparecen en sus representaciones clásicas. Es frecuente que pasen frente a nosotros anemias, hipotiroidismos, insuficiencias adrenales, que pudieran ser tratados. Por otra parte, la tragedia de no diagnosticar un carcinoma pancreático diseminado no tiene la misma magnitud, sino la falta de tratamiento para ese problema. Los trastornos mentales constituyen un problema serio de este criterio y siempre deben ser abordados en esta base la búsqueda de hipoglicemias, anormalidades electrolíticas, lesiones nerviosas, intoxicaciones farmacológicas, etc.
Por los procesos de pluripatología la tendencia de atribuir todos los síntomas a las enfermedades primarias es un error natural: hay que buscar procesos tratables y no sólo los peores. La medicina no es capaz de curar la mayoría de las enfermedades crónicas; por tanto, el médico no se debe desanimar ni siquiera si al parecer obtiene solamente minúsculos beneficios, porque en el grupo geriátrico o aun una ligera mejoría puede ser suficiente para aumentar el grado de función y la calidad de vida del paciente y sobre todo en el aspecto psíquico para lograr mayor fe en la vida... y en su médico. La patología de muchas enfermedades crónicas sigue siendo irreversible; sin embargo, esto no significa que deban serlo sus secuelas físicas, emocionales, sociales y vocacionales.
Tercer criterio: La enfermedad mental puede aparecer con síntomas orgánicos y la enfermedad somática puede aparecer con trastornos mentales
Hay que hacer una profunda distinción entre este tipo de manifestaciones. Un paciente deprimido puede ser por hipercalcemia, y por el contrario el paciente que tiene todos los datos de un síndrome cerebral puede estar deprimido. La distinción de este tipo de pacientes es sólo factible en personal con un amplio entrenamiento geriátrico y habituado al manejo diario del anciano.
Cuarto criterio: Enfoque diagnóstico diferente. Las condiciones patológicas pueden no presentar sus signos y síntomas clásicos.
Aquí nuevamente la Geriatría adquiere su relieve. El médico, habituado al trato del adulto, no encuentra los cuadros típicos en el anciano. Por ejemplo, en peritonitis o neumonías es común no encontrar fiebre elevada ni leucocitosis, y el dolor no se localiza con la misma precisión que en el joven. Por tanto, el entrenamiento geriátrico y una valoración cuidadosa de los datos, la planeación correcta y el estudio minucioso de los exámenes más que una sagacidad teórica servirán para lograr el diagnóstico.
Quinto criterio: ¿Considerar la diferente evolución y curso de la enfermedad?
Las clásicas descripciones de los tratados médicos se encuentran pocas veces en el paciente adulto. En el anciano es una rareza encontrar un cuadro clínico de libro y una evolución como la pronosticada. El curso de la enfermedad está influido por el grado de involución, tan distinto de órgano a órgano. La pluripatología, la diferente respuesta a los fármacos, los efectos de acumulación y la mayor frecuencia de complicaciones o las influencias psicológicas sociales y ambientales alteran también en gran medida la evolución.
Sin embargo, es regla general la tendencia de las enfermedades a convertirse en procesos crónicos y a tener la invalidez como estadio predecesor a la muerte.
Sexto criterio: Evitar prejuzgar al paciente
El hippy melenudo que encontramos con la mirada extraviada puede no estar drogado, sino sufriendo una meningitis; por tanto, el paciente geriátrico deprimido no lo es porque esté viejo, quizá es hipotiroideo. Es muy común encontrar en la práctica pacientes geriátricos que fueron recetados con el medicamento X porque en su literatura médica aparecen siempre ancianos. Este es el problema principal que debemos evitar con la educación geriátrica; prejuzgar al enfermo geriátrico como crónico y como irrecuperable por el simple hecho de ser viejo.
Séptimo criterio: Evaluar el estado psicológico del paciente
Los cambios psíquicos que trae consigo la involución física y aquellos que vienen como consecuencia de la disminución de las capacidades de actividad y reactividad ocasionan actitudes negativas que dificultarán el manejo adecuado. Está comprobado que los factores psíquicos influyen como aceleradores de los fenómenos degenerativos. De aquí la importancia de la higiene mental.
Octavo criterio: Evaluar al paciente con respecto al medio ambiente familiar y social en que vive
El medio familiar y social son factores fundamentales que influyen en las enfermedades y por consiguiente en su tratamiento: la necesidad de considerar el medio con respecto a sus limitaciones es esencial. Una familia comprensiva y rodeada de afectos es un factor positivo que el anciano abandonado y menospreciado no tendrá aun con el mejor de los médicos, de los diagnósticos y del tratamiento. El ambiente de la casa, las escaleras, los muebles peligrosos, los pisos resbalosos, la ropa inadecuada, zapatos ajustados, etc., son factores que pocas veces se toman en cuenta; conflictos emocionales, problemas familiares, las deudas, problemas legales, los compromisos morales, rechazos sociales, problemas laborales, jubilación y retiro, etcétera, constituyen el otro eje sobre el que gira el manejo de la endeble salud de nuestro paciente.
Noveno criterio: Evaluar al paciente según su situación económica
Es sumamente importante la selección de medicamentos que no afecten la economía del paciente. No siempre un medicamento caro es sinónimo de efectivo. Se debe considerar este punto en especial en tratamientos prolongados. El retiro del trabajo productivo y la jubilación, la falta de ingresos convierten al sector de los viejos uno de los más pobres en nuestra sociedad.
Décimo criterio: El uso adecuado y racional de los productos farmacéuticos
Es un punto en el que hemos insistido en numerosas ocasiones. Es verdaderamente alarmante cómo el médico en general usa en forma indiscriminada las mismas dosis que en el adulto e incluso utiliza medicamentos que no producen los efectos logrados en el joven por desconocimiento de las condiciones metabólicas particulares del viejo. Los enfermos reciben cuatro o cinco medicamentos simultáneamente y conocemos casos donde se han usado 17 medicamentos sin ningún resultado. Los fármacos tienen un mecanismo de absorción, distribución, metabolismo y excreción que en el paciente geriátrico (debido a su fisiología tan especial y sujeto a una serie de condiciones patológicas que individualizan a cada paciente) lo hace susceptible de un mayor riesgo de efectos secundarios nocivos y tóxicos. En personas de sesenta a setenta años las reacciones medicamentosas aparecen con el triple de frecuencia que a los cuarenta años y siete veces más frecuentes que de los veinte a los treinta años.
Antibióticos, anticoagulantes, psicofármacos, antirreumáticos, corticoides, digitálicos, diuréticos, laxantes, hipoglicemiantes, etc., son los de mayor vigilancia; pero en general todo medicamento que va a ser utilizado debe ser bien conocido por el médico en todas sus propiedades y debe administrarse en un amplio sentido de responsabilidad.
La costumbre tan difundida de automedicarse o de usar medicamentos que dieron resultado a un familiar o conocido encuentra de este modo su respuesta y la formal recomendación de evitarlo en toda edad, especialmente en la senectud.
Undécimo criterio: La historia clínica, la mejor arma de evaluación
El expediente geriátrico especializado que incluya una cuidadosa recopilación de datos de la historia familiar, personal, patológica y ficha social, así como un adecuado examen físico, estudios de laboratorio cuidadosamente indicados darán la clave para el manejo de nuestro paciente. Nuevamente insisto: el internamiento es básico para familiarizarse con la patología del viejo. Es necesario ser muy diestro en la elaboración de diagnósticos y tratamientos. Sabemos que los resultados no serán tan dramáticos como en los más jóvenes, pero sí lo bastante para el paciente en cualquier detalle positivo y porque nos servirán para quitar al médico y la enfermera no habituados sus traumas de frustración en el manejo del anciano.
Duodécimo criterio: El enfoque del problema nutricional
México, tradicionalmente, tiene una cultura alimenticia con las más endebles bases nutritivas, y esto, que tiene tremendas repercusiones fisicosociales en el joven, es mucho más notable su carisma a nivel del viejo, quien vive en un organismo que fue mal alimentado desde su niñez, y esa fuerza de costumbre hace que siga habituado a la ingestión de alimentos que no satisfacen sus requerimientos calóricos y proteicos. El geriatra debe enfatizar en el paciente y en su familia hacia criterios de alimentación saludable y balanceada. Frecuentemente leemos de enfoques hacia este problema de mala alimentación en el pueblo de México; pero nunca se ha hecho una campaña que nos enseñe a comer, en qué se debe basar la alimentación y por qué no se deben comer cierto tipo de alimentos. Esto es un punto clave de manejo.
Decimotercer criterio: Manejar siempre la medicina; preventiva de la vejez
Un paciente geriátrico puede acudir al médico por las manchas de su piel o por una ciática y ser manejado en forma sintomática siendo obeso. Es dramático observar en la consulta pacientes recetados para todos los achaques posibles que únicamente con un programa de reducción de peso podrían ser mejorados y, lo que es más importante, se prevendrían problemas de todos nosotros conocidos como la hipertensión, diabetes, artrosis degenerativas o complicaciones mortales como el infarto o un accidente cardiovascular.
Generalmente el paciente responde que sí le mencionaran que «debía bajar de peso», pero sin darle énfasis a la importancia de dicha indicación.
La medicina preventiva de los problemas de la vejez no pretende evitar la aparición de ciertas condiciones, pero sí retardar el máximo su aparición para conservar el mayor tiempo posible las capacidades físicas y psíquicas. A fin de que el paciente pueda ser autosuficiente motivo los conceptos profilácticos deben ser manejados por el médico, tanto individualmente como a través de programas de orientación a la población de mayores en todos los niveles del sector salud. Se pueden considerar, por tanto, tres tipos de medicina preventiva en Geriatría:
1. Primaria: objetivo principal la prevención de enfermedades. Incluye la Gerohigiene, chequeos médicos periódicos.
2. Secundaria: medidas para detener el progreso de una enfermedad establecida.
3. Terciaría: prevenir o retrasar progresos o recaídas en procesos ya establecidos. Aquí la rehabilitación es de vital importancia.
Decimocuarto criterio: La rehabilitación dentro del tratamiento
Los planes terapéuticos deben incluir, además de las normas de higiene dietética y medicamentosa, normas hacia la medicina de re-habilitación, bastones, apoyos, indicaciones en sus hogares. La necesidad de un manejo, la rehabilitación como un concepto dinámico en el tratamiento de las enfermedades crónico-degenerativas. Los médicos frecuentemente se conforman con tratar al paciente en el estado crítico y con el manejo medicamentoso, restándole importancia a este aspecto preventivo y de tratamiento.
Se llega así al concepto moderno de Medicina integral y la rehabilitación constituye la llamada «prevención terciaria», que, junto con la profilaxis y el tratamiento médico intentarán prevenir o eliminar el desarrollo de efectos adversos persistentes de las enfermedades agudas o crónicas que ocasionan incapacidad permanente.
Decimoquinto criterio: El manejo del paciente geriátrico en equipo coordinado por el geriatra
Uno de los rasgos característicos de nuestra profesión se manifiesta en el celo del médico, que no canaliza a sus pacientes con los especialistas indicados y considerándose aptos para el manejo de ciertas condiciones sobre las que un especialista tendría mejor oportunidad dejan correr el tiempo con menoscabo de la salud y la economía del paciente y de su propio prestigio por falta de este criterio. En este caso es fundamental como que el geriatra no pretende ser supermédico dotado de cualidades excepcionales, sino que conociendo ampliamente la fisiopatología de la vejez actúa en muchos casos como coordinador de los diversos especialistas en los casos que sea necesaria su participación para la solución más acertada de sus vicisitudes.
Un Servicio de Geriatría en un Hospital General o un Hospital Geriátrico no deben ser considerados como «depósitos de viejos». Por el contrario su función al proporcionar manejo adecuado médico-social es de descarga de los Servicios especializados en otras áreas para reintegrar al paciente a su hogar, sirviendo de puente entre el sector primario de salud (médico general o familiar), el sector secundarlo (hospital) y el sector informal de apoyo al anciano (familia y comunidad); ahorrando así recursos, horas-médico, medicamentos y camas de hospital, que por una atención geriátrica ineficaz y mal realizado observamos cómo nuestras instituciones se están llenando en efecto de viejos por carecer de Servicios de Geriatría y de una planeación adecuada que proporcionaría beneficios indudables tanto al paciente como a las instituciones.
Decimosexto criterio: El objetivo del tratamiento es conservar la función, minimizar cronicidad y evitar invalidez
Los procesos patológicos en el viejo tienden a la cronicidad y por tanto no son susceptibles de curación. Asimismo terminarán por producir invalidez. Por tanto, el tratamiento no se enfocará únicamente hacia los procesos patológicos (generalmente pluripatología), sino a conservar primordialmente la función, mejorar la cronicidad al máximo y principalmente evitar la invalidez. El hecho de que las patologías crónicas sean incurables nos lleva a revalorar el concepto de «tratamiento geriátrico», así como el de «servicios médicos geriátricos», los cuales no deberán enfocarse ni proporcionarse única-mente por patología, sino en el concepto de medicina integral a «todo el individuo» para reducir al mínimo, aliviar, prevenir o incluso eliminar los efectos adversos y los sociales indeseables de las enfermedades crónicas, a fin de reducir al mínimo la incapacidad permanente y la dependencia. El concepto ideal es mantener al anciano autosuficiente e independiente en su hogar, en la familia o la comunidad el mayor tiempo posible, dejando la institucionalización como el último recurso de atención geriátrica únicamente cuando no puedan valerse por sí mismos.


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Artículo publicado en 1999 en la revista LONGEVIDAD

GERONTOLOGÍA, AUTOCUIDADO Y PREVENCIÓN EN EL ENVEJECIMIENTO
Dr. Joaquín González Aragón G.
Director General del Instituto Mexicano de Estudios en Longevidad.
Este documento fue publicado en 1999 en la revista LONGEVIDAD y representa un antecedente de cómo se puede integrar la Gerontología con la prevención y el antienvejecimiento: desde esos años el doctor Aragón ha presentado a las instituciones gubernamentales y universitarias los programas y modelos a seguir para intervenir de manera positiva en el envejecimiento poblacional y disminuir las repercusiones de la epidemia global de enfermedades crónicas. Hasta la fecha el sector salud sigue a la búsqueda de soluciones siendo que los gerontólogos las hemos planteado desde la última década del siglo XX.
Los conceptos de prevención, educación para la salud, envejecimiento de las poblaciones y todo lo relacionado con la vejez, son tan antiguos como la humanidad.
Sin embargo, es hasta este siglo cuando se ha logrado prolongar más de 25 años la expectativa de vida promedio, en la mayoría de los países del mundo. La longevidad es uno de los logros del siglo XX...
En México, la expectativa de vida en 1950 era de 50 años y actualmente es de 73 años para la mujer y 70 para el varón; en algunos estados de la república como Nuevo León y el Distrito Federal es de 75 años para el sexo femenino y 73 para el masculino. La llamada transición demográfica nos marca un 6.5% de las personas mayores de 60 años, lo que significa entre 6.5 y 7 millones en total para nuestro país; la proporción es 1 persona de la tercera edad de 1 a 14 y aumentará en los próximos 20 años de 1 a 6. Para el año 2025 se estima un 18% de personas mayores.
A este respecto, los especialistas en Gerontología nos hemos dedicado desde 1977 a unificar ciertos conceptos y criterios que nos permitan hablar en un mismo lenguaje ante un asunto tan complejo como el que nos ocupa.
1. Gerontología.-Estudio científico del proceso del envejecimiento con sus implicaciones derivadas a la declinación física y deterioro biológico y sus repercusiones psicológicas, emocionales, sociales, políticas, económicas, sanitarias, tanto sobre el individuo como sobre la sociedad.
2. Geriatría.-Es la rama de la Medicina y la Gerontología que se encarga del manejo de las enfermedades en la vejez.
3. Gerontología Social.-Es la rama que se ocupa del envejecimiento de las sociedades y sus efectos sobre los individuos. Estudia el lugar y la participación del adulto mayor en la sociedad, jubilación, vivienda, aspectos económicos, asilos, participación ciudadana, medio ambiente, trabajo, productividad, marginación, familia y comunidad.
4. Vejez.-Tercera etapa de la vida-considerando a la infancia como la primera y la edad adulta como la segunda.
5. Tercera edad.-Sinónimo de vejez, al considerar las etapas de la vida como "edades".
6. Viejos.-Toda aquella persona, ser animado o inanimado bajo los efectos del tiempo prolongado.
7. Personas Mayores.-Individuos más allá de los 60 años según la terminología de las Naciones Unidad, esta definición se formuló en la década de los 80's (Asamblea Mundial de Envejecimiento, ONU, Viena, Austria, 1982).
8. Adultos Mayores.-Nueva terminología para denominar a las personas mayores en la década de los 90's (1999, Año Internacional de los Adultos Mayores, ONU).
9. Ancianos.-Denominación utilizada para designar los adultos mayores con problemas económicos, sociales y discapacidad física.
10. Envejecimiento: Proceso que transcurre en el ciclo vital, que se inicia con la concepción y termina con la muerte y representa el efecto del tiempo, en este caso, sobre los seres humanos.
TIPOS DE ADULTO MAYOR
En lo que respecta la conceptualización por la sociedad es fundamental reconocer a la población de adultos mayores como un mosaico, difícil de estandarizar por diferencias étnicas, demográficas, educativas, económicas y culturales.
La reflexión de esta gran diversidad destaca la necesidad de contar con parámetros objetivos que emanen de la investigación formal que nos permitan llevar a cabo medidas de aplicación efectivas.
Para fines prácticos la GEMAC propuso desde 1980 está clasificación de acuerdo con:
a) Estados físicos: sanos, enfermos (agudos-crónicos), discapacitados.
b) Estado mental: lúcidos, confusos, dementes.
c) Respecto a la familia: integrados, desintegrados.
d) Respecto a la economía: dependientes, independientes.
e) Respecto a la productividad: productivos, improductivos.
f) Respecto a la sociedad: autónomos, participativos, adaptados y desadaptados.
g) Respecto a la educación: analfabetos, con conocimientos básicos y con educación superior.
h) Respecto a su demografía: urbanos, rurales, semiurbanos.
i) Respecto a su etnicidad: indígenas, mestizos.
Con 2 grupos como resumen:
1. El adulto mayor joven, sano, de 60 a 75 años, productivo, adaptado ocialmente o parcialmente independiente.
2. El adulto mayor viejo, enfermo crónico o discapacitado, de 75 años en adelante, improductivo, dependiente y desasimilado socialmente.
ENFOQUES GERENTOLOGICOS
Por lo tanto, nuestra primera conclusión es que los enfoques para solucionar la problemática de los adultos mayores es multidisciplinario y muy variado. Por lo tanto los organismos gubernamentales como la sociedad civil deben considerar.
1. El enfoque demográfico: La transición poblacional.
2. El enfoque familiar: Conserva la integración familiar y al adulto mayor integrado a la familia.
3. El enfoque cultural: Cambiar la imagen y los estereotipos negativos hacia la vejez.
4. El enfoque de salud: Prevención, auto cuidado e intervención desde los 25 años y en especial a partir de los 60 años.
5. El enfoque social: fomentar la participación ciudadana y destacar su papel en la sociedad que contribuyeron a formar.
6. El enfoque económico: Oportunidades laborales y de ser productivos.
7. El enfoque político: El destino de los adultos mayores depende de la voluntad política del gobierno para atender sus necesidades. Esto incluye legislación, protección jurídica y un plan Gerontológico a nivel estatal y nacional.
El objetivo según la OMS, es de lograr un envejecimiento activo, saludable, productivo y exitoso.
NECESIDADES DE LOS ADULTOS MAYORES
Las principales necesidades de los adultos mayores son:
1. Salud.- Tanto físico como mental. Esta necesidad es definitivamente la más importante. Alcanzar una buena salud es tal vez el logro más importante para la calidad de vida y la longevidad. La salud se caracteriza en física, mental, espiritual y social y está íntimamente ligada a los aspectos de prevención, auto cuidado, estilos de vida saludables, nutrición apropiada, medio ambiente adecuado-desde edades a partir de los 25 años y por medio del manejo y cuidados apropiados en el sector salud a través de sus niveles de atención primaria, secundaria y terciaria, por personal capacitado en Geriatría y Gerontología.
2. Economía: las personas mayores deben tener asegurados ingresos o pensiones que les permitan satisfacer las necesidades básicas de alimentación, vestido, vivienda, recreación, transporte, comunicaciones, entre otros.
Estos ingresos pueden provenir:
a) Trabajo remunerado proporcionado a sus condiciones.
b) Ahorros, rentas, acciones, participaciones.
c) Asignación familiar o previsto dentro de la familia.
d) Pensiones, jubilación, afores, subsidios, aportes gubernamentales.
3. Actividad: que puede ser:
a) Productiva: relacionada con el trabajo, tanto el que genera ingresos económicos como todo tipo de actividades que implican creatividad y satisfacción personal.
b) Participativa: en la toma de decisiones, difusión de conocimientos, servicios a la comunidad, voluntariado, formación de movimientos o asociaciones de personas mayores.
c) Recreativa: son las acciones para distracción, fomento cultural, aprendizaje, turismo, entre otros, que aseguren el disfrutar de los años.
4. Integración social:
a) Independencia.-acceso a los servicios y cuidados, oportunidad de influir y participar en la fuerza de trabajo.
b) Vivienda.- facilitar que permanezcan en su hogar el mayor tiempo posible, atención domiciliaria y en caso necesario, asilos, residencias o instituciones geriátricas.
c) Protección familiar y de la comunidad con acceso a los servicios de salud; sociales y jurídicos que les otorguen cuidados y apoyos.
d) Autorrealización.-el aprovechamiento de las oportunidades para desarrollar su potencial y tener acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales y recreativos de la sociedad.
e) Dignidad.-vive libre de explotación, abuso, victimización y malos tratos físicos y mentales por parte de la familia y la sociedad. Ser valorados independientemente de su edad.
f) Participación política.- ejercer plenamente sus garantías individuales y participar en la elaboración y ejecución de las políticas para adultos mayores y de la sociedad en general ser escuchados individualmente, en asociaciones de adultos mayores y en consejos de ancianos.
Es muy posible que un día los propios adultos mayores, con la fuerza eminente del aumento de su número e influencia, obliguen a la sociedad a adoptar un concepto de vejez positivo, activo y orientado hacia ser una fuerza que contribuye al desarrollo. La conciencia de ser adulto mayor como concepto socialmente unificado, puede convertirse en un factor positivo para nuestra nación.
REALIDADES EN LA ATENCIÓN DE LOS ADULTOS MAYORES
1) Es muy escasa la investigación sobre los adultos mayores.
2) Se hace muy poco para prevenir desde la juventud los factores de riesgo de las enfermedades crónicas degenerativas.
3) Son mínimas las acciones globales en educación de profesionales y entrenamiento del personal en gerontología y geriatría.
4) Son contados con los dedos de la mano los servicios de geriatría y gerontología en nuestro país.
5) En la sociedad persisten actitudes y estereotipos negativos hacia la vejez.
6) El Plan Global de Desarrollo del sexenio anterior coloca a los adultos mayores como grupo vulnerable, junto a los discapacitados.
7) Se asocia a la vejez con deterioro, mala salud, inutilidad y carga social.
8) Se presenta a los viejos como limosneros, desamparados y desprotegidos.
9) Existe una percepción por parte de las instituciones del tipo de separación segregacionista el grupo "tercera edad"-Un ejemplo es el baile de la "cana al aire" solo para viejitos.- Está separación arbitraria es antagonista del criterio de universidad del envejecimiento, de la experiencia individual de envejecer, de la evolución de la experiencia y de la importancia de la integración generacional en la que convivan jóvenes, adultos, niños y adultos mayores (ONU, 1999).
10) El peor error es considerar a la vejez como un problema y una crisis y no como una conquista de la sociedad y una oportunidad para el desarrollo.
- Los mayores problemas que impactan a las personas mayores son pobreza, mal nutrición, enfermedades agudas y crónicas (físicas y mentales), marginación social, negligencia y maltrato.
Es fundamental aminorar estas barreras básicas para mejorar la calidad de la vida de los adultos mayores. El Instituto Nacional de la Senectud debería revisar su filosofía y principios y convertirse en el INSTITUTO NACIONALDELADULTO MAYOR(así como existe un Instituto Nacional de la Mujer y otro de la Juventud).
Un aspecto a destacar es que la geronto-geriatría ha sido minimizada y se ha bloqueado en su desarrollo en forma advertida o inadvertida, tanto por las universidades como por el sector público, por lo que hago énfasis en la necesidad de estrategias de capacitación y entrenamiento de los diversos profesionales del equipo interdisciplinario que se requieren para la atención de los adultos mayores: médicos, enfermeras, odontólogos, psicólogos, trabajadores sociales, economistas, abogados, políticos, arquitectos, filósofos, personal asistencial y técnico en ciencias sociales, humanistas y de la salud.
Para alcanzar los objetivos es fundamental una legislación apropiada al adulto mayor y un Plan Gerontológico, con coordinación intersectorial que puede ser corregido, aplicado y actualizado de acuerdo con la evolución individual y social en el ámbito estatal y federal.
AUTO CUIDADO Y PROMOCIÓN DE LA SALUD
En agosto de 1983, en Copenhague, Dinamarca, tuve el honor de asistir a una reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en donde 40 representantes de sus respectivos países firmamos un documento donde nos comprometimos a divulgar el autocuidado como la alternativa de mayor éxito para alcanzar la meta de salud para todos en el año 2000. A partir de esa fecha, me he dedicado, con ahínco, a preparar materiales (Manual de autocuidado y salud en el envejecimiento 1985), impartir cursos, seminarios, publicación de artículos, difusión y estrategias tendientes a lograr la meta de salud, longevidad y calidad de vida.
El principal objetivo del autocuidado es insistir en la necesidad de que se entienda la responsabilidad de participar en la atención de la propia salud y borrar el perjuicio negativo de que la salud es un bien que puede ser comprado, es consecuencia del destino o de la suerte.
Cuando de salud se trata, uno es el más indicado porque es el dueño del propio organismo. Con un poco de práctica se puede aprender técnicas que ayuden averiguar lo que se considera normal y anormal. Se puede cambiar la experiencia con estos conocimientos para tratar algunos problemas de salud menores y reconocer cuales son los que requieren de asistencia de un profesional de la salud. El autocuidado mucho puede hacer en el campo de la prevención y el tratamiento. Las personas son un recurso de salud que no ha sido utilizado debidamente por la falta de comunicación de los doctores en educación para la salud.
Autocuidado es asumir la responsabilidad de la propia salud, es adoptar estilos de vida saludable y hábitos de buena salud, nutricionales, de ejercicio y relajación, así como el uso apropiado de suplementos nutricionales con apoyo de la familia y de la comunidad.
La mejor definición de autocuidado es "todas aquellas acciones y decisiones que los individuos toman para prevenir, diagnosticar y controlar su propia salud, todas aquellas acciones dirigidas a mantenerla y mejorarla y las decisiones para utilizar y participar en los sistemas y servicios de salud tanto oficiales como privadas".
Es de suma importancia reconocer que prevenir es mejor que curar, más barato, no causa sufrimiento y evita la hospitalización prolongada, al mismo tiempo que favorece la integración familiar y hace a los adultos mayores felices, útiles e independientes.
El gobierno y las organizaciones de la sociedad civil deben reconocer que la población que participa en su salud, disminuye sus necesidades de institucionalización con lo que logrará un ahorro en los gastos de: prestación de servicios, creación de infraestructura y compra de equipo cada vez más costoso.
La mayor contribución del autocuidado es promover una corriente de responsabilidad de los individuos y sus familias de participar activamente en su salud y responsabilidad del gobierno y de los profesionales de la salud de convertirse en educadores de la salud para la comunidad.
LA MEDICINA ANTI-ENVEJECIMIENTO
Estamos ante el inicio de esta nueva corriente médica: una nueva tendencia futurista que se está desarrollando como consecuencia de los grandes avances de la investigación biológica sobre todo en lo que respecta a la función genética y a la biología molecular.
Además, de los 7 millones de adultos mayores existen 40 millones de personas que actualmente se encuentran en la edad madura, que desean conservar su vitalidad y juventud, así como obtener una más larga vida; muchos de esos adultos, entre los treinta y sesenta años desean información precisa sobre procedimientos y productos anti-envejecimiento. Comparten el mismo objetivo: vivir una vida más larga y con mejor calidad; sin la vulnerabilidad, la enfermedad y el deterioro producido por la edad; desean llegar a los años dorados con vitalidad similar a la que se tenía en los años de la juventud.
La célula el secreto de la eterna juventud.
El cuerpo humano está compuesto por más de cien trillones de células que en su mayoría están en continuo desgaste, reparación y renovación. Estas células contienen en su núcleo el ácido desoxiribonucleico (DNA), en donde se encuentran los genes de nuestros organismos con las instrucciones grabadas del programa genético. A su vez, cada célula solicita a este DNA el mensaje que le permitirá realizar su función, regenerarse y morir. Por lo tanto, los científicos afirman que la conservación de un código genético inalterado es la clave para extender la calidad y la cantidad de vida.
El código genético está influenciado de un modo positivo o negativo por factores extrínsecos como el estrés, los estilos de vida, la contaminación, factores ambientales y principalmente por la nutrición. Mantener intacto este código implica la necesidad de considerar un plan integral anti¬envejecimiento que abarque todos los aspectos involucrados, en especial nuestra alimentación.
Existen en la actualidad muchas hormonas, productos sintéticos, vitaminas, aminoácidos, etc. con propiedades anti-envejecimiento que se encuentran en la mayoría de los casos a disposición del público y están siendo consumidos por un gran número de individuos. Es importante tener en mente que no existe un producto que por sí solo detenga el envejecimiento, sin embargo, el conocimiento científico se está duplicando cada tres años y medio y se estima que para el año 2010 se tendrán avances maravillosos para la humanidad.
Longevidad y anti-envejecimiento
Es posible elaborar medidas anti¬envejecimiento al alcance de la población y factible de ser proporcionado por los profesionales de la salud, cuando se comprenda que existen nutraceúticos, precursores hormonales, hormonas, alimentos anti¬envejecimiento, proteínas, aminoácidos, antioxidantes, ácidos grasos esenciales, productos farmacéuticos, que siempre deberán ser integrados a estilos de vida saludable, educación para la salud, autocuidado y atención geronto-geriátrica.
El objetivo de las acciones anti¬envejecimiento es:
1. Proteger el código genético, mantener el medio interno en equilibrio óptimo y evitar la oxidación producida por los radicales libres internos y de origen externo.
2. Eliminar la acumulación de productos de desecho y materias tóxicas provenientes del metabolismo y de los contaminantes del medio ambiente.
3. Estimular y fortalecer la producción y actividad de las hormonas elaboradas por el organismo.
4. Fortalecer y mantener el equilibrio de los neurotransmisores que participan en la función cerebral.
5. Mantener funcionando a niveles óptimos los principales sistemas y aparatos del cuerpo (circulatorio, digestivo, inmunitario).
6. Aumentar la capacidad de autocuración y autoreparación del organismo.
7. PROTEGER, NUTRIR, REPARAR y RENOVAR los 100 trillones de células de nuestro cuerpo.
El Instituto Mexicano de Estudios de Longevidad integra conocimientos de disciplinas académicas en las que se destaca bioquímica, fisiología, biología molecular, nutriología, endocrinología, inmunología, ecología, toxicología, dermatología, bioestética, homeopatía, farmacología y medicina botánica.
Los conceptos, protocolos y enfoques presentados en nuestros programas de educación médica, están validados por las investigaciones más recientes publicadas en la literatura sobre el envejecimiento, las ponencias presentadas en los congresos de Gerontología, Geriatría, Longevidad y Anti-envejecimiento, así mismo, se encuentran documentadas con una extensa gama de información disponible en Internet.
El mayor orgullo del IMEL, es estar al pendiente de todos los avances, para presentarlos en forma ordenada y concisa a los médicos mexicanos, a fin de que sin distraerse de sus ocupaciones actuales, puedan adquirir un enorme número de conocimientos y mantenerse actualizados en esta corriente médica, que está llamada a ser la especialidad del nuevo siglo, debido a la creciente demanda de productos y servicios, generados por una población en transición demográfica hacia la madurez y la vejez.



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domingo, 6 de noviembre de 2011

Revista Española de Geriatría y Gerontología en el año de 1982

Este artículo fue presentado como conferencia magistral en el Congreso Mundial de Gerontología celebrado en Hamburgo, Alemania en 1981. Posteriormente fue publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología y ganó el Premio Beltrán Báguena al mejor artículo publicado en el año de 1982 que fue otorgado en Madrid por el Rey Juan Carlos.


GERONTOLOGÍA                                                              Rev. Esp. Geriatr. y Gerontol., 17: 2 (95-102), 1982

La vejez en los grupos indígenas marginados de América*
Por el doctor Joaquín González Aragón * *
*Aportación al Congreso Internacional de Gerontología de Hamburgo,  julio  1981.
**Vicepresidente de  la  Sociedad  Mexicana  de Geriatría.
RESUMEN. Las sociedades tradicionales latinoamericanas son los grupos indígenas que conservan las mismas costumbres que antes de la conquista (1600) y se han conservado inalteradas más que en otros continentes (1500). Los sistemas de apoyo al viejo son totalmente del tipo informal y se considera que un 90 por 100 de los viejos viven en el seno familiar con rol y status definido, contribuyendo al desarrollo agropecuario del país, aunque son los grupos más pobres y menos favorecidos. En 1978 había 28 millones de indígenas americanos, que se dividen en tres grupos.
INTRODUCCIÓN
En Latinoamérica se encuentran mezclados en un crisol de razas toda una cultura indígena que hasta el siglo XVI no tuvo ninguna relación con el Occidente y de cuya interacción ha surgido una nueva raza que comparte el «desarrollo» como fenómeno económico, político y social.
Sin embargo, una de sus consecuencias más importantes es que los grupos indígenas originales han logrado subsistir hasta nuestros días conservando prácticamente íntegras sus características ancestrales, lo que les ha convertido en grupos marginales, y no sólo eso, sino en los más pobres y explotados de esos grupos, aunque en algunos países conserven aún una mayoría relativa, como se verá en las siguientes gráficas.
En estos grupos el viejo aún conserva su rol y status tradicional, que cada día se ve más afectado por la educación, modernización, desarrollo económico y, sobre todo, por la migración de los jóvenes hacia las ciudades, que están dejando a los niños y los viejos en las comunidades indígenas. Esto hace resaltar un hecho indiscutible de las poblaciones indígenas latinoamericanas: la producción agropecuaria rural es fundamentalmente indígena y está siendo abandonada en manos de los viejos, que aun usando sistemas rudimentarios producen los alimentos para todo el país, siendo mal retribuidos y poco apreciados sus esfuerzos. Los jóvenes, en su afán por elevar su estándar de vida y conforme adquieren mayores medios de captación, se sienten poco atraídos para cultivar la tierra y aquellos que envejecen fuera de las comunidades originales tampoco regresan, y esto, si no es valorado oportunamente por los Gobiernos, es una de las causas contribuyentes a las crisis de falta de alimentos que cada día se hacen más patentes en todo el mundo.
I.    AMBIENTE SOCIAL Y MIGRACIÓN RURAL
El indígena como factor de desarrollo
La gran mayoría de la población indígena es rural (80 por 100) y comparten con un sector no indígena la condición de campesinos; esto lo convierte en factor de producción agrícola y ganadero, así como de fuerza de trabajo y mano de obra no especializada barata. Al ser campesino comparte condiciones de marginalidad, incapacidad de ejercer poder político y ocupar las escaleras más bajas de los sistemas de estratificación social.
Un 20 por 100 de la población indígena es urbana, es uno de los grupos que establece las grandes corrientes migratorias; la migración logra o que se adapten y se integren a las condiciones nacionales (fácilmente en el caso de los jóvenes y muy difícil en el caso de los viejos, que no encuentran el sitio adecuado) o que se reafirmen a nivel nacional como cultura diferente (que es el caso de nuestros viejos), con el consiguiente choque generacional y con una desintegración social y cultural sin que desaparezca la población como tal, que, contrariamente a lo que pensamos que los indígenas procesan en extinción, el aumento demográfico compensa a los grupos que están en decadencia.
La pobreza como rasgo característico
Este es el problema de nuestros países: cada día es más notable la brecha entre grupos rurales y los promedios de bienestar económico y social productos del desarrollo económico industrial.
En estadísticas de la CEPAL, en México la población rural indígena es del 35 por 100 del total y la población por debajo de la línea de la pobreza es el 49 por 100. En el grupo de los viejos nos llama la atención que los altos índices de mortalidad infantil y también a todas las edades como consecuencia de la pobreza produce ancianos seleccionados por las más estrictas leyes de selección natural; famosos los ejemplos de longevidad latinoamericana en México, Solivia y Ecuador, longevidad comparable a la de Europa en la Edad Media y que hacía a estos viejos dueños de una gran sabiduría y respeto, que acumulaban a través de muchos años de ver morir a sus congenies.
La migración indígena, fenómeno natural
Las corrientes migratorias son consecuencias de la pobreza, de la falta de tierra, de la urbanización, la colonización, la educación y la industrialización, es decir, del desarrollo económico; de ellos, muy pocos regresan aun en la vejez y menos aún con la riqueza o la cultura para diseminarla en su región.
Este fenómeno migratorio es el más importante y el que mayor atención requiere para entender las condiciones de los indígenas; salen de la comunidad por falta de tierra y de trabajo y es el comienzo de un dinámico progreso que rompe una serie de tradiciones sociales que obliga a aceptar nuevos tipos de conducta, formas de organizar y que, como ya mencionamos, si se manejara en forma adecuada por los Gobiernos reafirmaría su identidad y los convertiría en factor de desarrollo, de otro modo, o los convertirá en nubes desintegradas social y culturalmente, verdaderos focos de problemas. En esta vorágine de cambios sociales el actual viejo latinoamericano es espectador pasivo en una sociedad que, aunque cada día Tías mermada, lo cuida en la familia y la comunidad. Un 90 por 100 de los viejos vive en el seno de las familias rurales y de éstos sólo un 1 por 100 es totalmente desamparado como para buscar la protección de los asilos o de la asistencia pública o religiosa; los Gobiernos no se preocuparán por los viejos y los consideran un problema de poca importancia que no merece prioridad ante otros más apremiantes; sin embargo, ¿cuál será la situación de los ahora jóvenes para fines de este siglo, en que no se reafirma su papel como factores de producción y de desarrollo económico? Pasar a ser, dentro de los ya pobres grupos marginados indígenas, el sector de los viejos será el más pobre de todos.
II.    CARACTERÍSTICAS CRUPALES
División de los indígenas
De acuerdo con los criterios del Centro Indigenista Interamericano, la gran variedad de situaciones sociales indígenas se pueden resumir en tres:
1.       Grupos campesinos.
2.       Grupos tribales.
3.       Grupos urbanos.
1. En los grupos campesinos la población indígena es mayoritaria (México, Guatemala, Perú, Ecuador y Solivia son ejemplos claros) y la población mantiene mecanismos sociales comunales que aseguran una vida colectiva semiautónoma, semiaislada y que permite mantener tradiciones ancestrales, aunque se ve afectada por los progresos sociales y políticos. Este es el típico ejemplo que mencionamos de sector pro-ductivo agropecuario y de mano de obra eventual. El mantenimiento y el costo de la vida es barato, ya que hacen economía de subsistencia; su remuneración es más baja y son reservas de mano de obra que los países deben aprovechar.
Su problema es la escasez de tierra y la venta de su producción; por eso defienden las tierras y el modo de cultivarlas contra intereses comerciales del Gobierno y grupos transnacionales.
La tierra es generalmente comunal, pero desigual, encontrándose diferencias de poder marcadas. Afortunadamente, el servilismo, la esclavitud y la tierra en manos de un propietario ha disminuido, aunque la explotación y la tierra en manos de terratenientes y de extranjeros son características en la mayor parte de Latinoamérica.
El aumento demográfico de este sector, pero los recursos agropecuarios más escasos y caros, los ha empobrecido más aún y la fuerte ola migratoria los afecta sustancialmente. En este grupo es donde el viejo aún está preservado por la familia y la comunidad.
2. Los grupos tribales se encuentran casi exclusivamente en las zonas tropicales del Continente, especialmente la cuenca amazónica; muchas tribus han desaparecido conforme la civilización avanza, ya sea exterminadas o incorporadas a la sociedad.
La ecología los protegía, pero el aislamiento en la vida seminómada, así como las diferencias lingüísticas, la disminución de recursos vegetales y animales los acaban.
Los viejos encuentran también su rol y status; son los jefes quienes tienen mayor función en cuanto a relaciones intertribales y las chamines o líderes religiosos. Son los amos de las grandes reuniones ceremoniales. En las tribus se practica la artesanía, el cultivo, caza, pesca y la mujer prepara la comida y el cuidado de los niños.
Este primitivismo, ideal para algunos, es modificado por los intentos civilizatorios de las entidades religiosas gubernamentales y filantrópicas. La realidad es que no viven en condiciones ideales y la explotación de que son víctimas, así como su deseo de aislamiento, los segrega y los obliga a ubicarse en territorios no favorables para sobrevivir o bien aceptar la población colonizadora dentro de su medio.
3. Los grupos urbanos. Se ha discutido si se emigra por expulsión del medio rural o por los atractivos reales o imaginarios de las ciudades. El hecho es que las metrópolis latinoamericanas son las que tienen las tasas de crecimiento más rápidas del mundo y el grueso es la población indígena campesina del medio rural.
Debido a que no es posible un crecimiento de infraestructura de vivienda, sanitaria, transporte, etcétera, acorde a las tasas, estos grupos se ven obligados a vivir en áreas marginadas: barriadas (Perú), callampas (Chile), favelas (Brasil), ciudades perdidas (México), donde carecen de los servicios básicos de vivienda, salud, electricidad y se convierten en trabajadores no calificados, rompiendo de la articulación socioeconómica que los ligaba a la producción agropecuaria y al desarrollo del país, además de que pasan a formar parte del escalón más bajo de la estratificación social de las ciudades por su inadaptación total. Se decía que la ciudad así funcionaba como mecanismo de integración social al brindar a través del esfuerzo personal la posibilidad de ascender en la escala social, lo cual no es enteramente correcto y, en cambio, se convierten en problemas para las urbes, ya que les solicitan atención a sus necesidades; por otro lado, lo masivo de la migración amplifica el problema. La personalidad cambia y la integración se rompe, ya que el enfrentamiento competitivo hace que se separen miembros de una misma comunidad e incluso se rompa la integridad familiar. En esos grupos el viejo emigrado a las comunidades urbanas es el más desafortunado de los emigrantes por su falta de productividad y porque no hay infraestructura ni acomodo para sostenerlo. Los viejos migran poco, en efecto, y los que lo hacen regresan más a su tierra, conservando vínculos con el migrado que vuelve a visitar a la familia o las fiestas locales. Es un hecho comprobado con la comunicación entre campo y ciudad; es mayor (transporte, teléfono, etc.), aunque implica gastos extraordinarios que muchas veces el migrado no desea ni puede hacer. Este movimiento migratorio debe perder las características negativas: cuando sea el medio para forjar una nueva identidad propia y comparable con las nuevas condiciones tanto del país como la suya propia.
Es el momento de dejar de pensar en civilizar a los indígenas, sino tomar en cuenta sus intereses, procesos y capacidades para asegurar su papel en el progreso nacional, y entre ellos los viejos, grandes maestros de la agricultura y artesanía, que desconocen el significado de la jubilación y están acostumbrados a trabajar hasta el último día de su vida, no serán jamás problema y seguirán siendo recurso natural fundamental en nuestros países.
III.    DEMOGRAFÍA INDÍGENA
Con datos de la OEA y del CU consideramos que la población indígena del Continente asciende a 28,5 millones (estos datos son muy difíciles de precisar por varias razones que escapan a enumeraciones oficiales censales). Se ha duplicado en quince años y está en pujante aumento.
El 85 por 100 de los indígenas está en México, Guatemala, Ecuador, Perú, Solivia, donde representan el 30 por 100 de su población total. En los países amazónicos (Brasil, Venezuela, etc.) la proporción indígena es del 1 por 100 del total. Resto de Centroamérica, 5 por 100. En el cono Sur está el 6 por 100, y en Estados Unidos, el 7 por 100.
De este total consideramos.
Que 1.5 millones son poblaciones autosuficientes de organización tribal y hábitat tropical; 21 millones, campesinos, agricultores o trabajadores eventuales, por lo que están articulados a la economía de sus países; 5.1 millones viven en las comunidades urbanas, por lo que su vinculación a la economía es dudosa y no cuantificable, así como los problemas que causan.
Estados Unidos posee 1.568.000; Canadá, 500.000; Belice, 10.000; Guyana, 27.000; Surinam, 10.000, y el resto del Caribe, 100.000 (cuadro IV).
El cuadro IV ofrece un análisis más detallado y de acuerdo a cifras que pretenden acercarse lo más posible a la realidad.
Consideraciones demográficas comparativas resto del mundo.
Finalmente quiero referirme a Latinoamérica como arte del Tercer Mundo para mostrar su posición como Continente de la esperanza y como una de las zonas con más futuro económico.
El cuadro V analiza la población mundial total en 1970.
Tres mil seiscientos treinta millones que se espera aumenten a 6.500 en el año 2000 (1.090 a 1.453 en regiones desarrolladas y 2.541 a 5,04 en las menos desarrolladas); de ellos Latinoamérica tiene 363 y se espera aumenten a 583. Los mayores de sesenta años mundial, 290 millones pasarán a 584 millones; en Latinoamérica pasarán de 16,4 a 41,5 millones. El porcentaje de población de mayores de sesenta años tiene poca variación: de 5,1 a 7,3 en Latinoamérica, ya que las altas tasas de natalidad hacen que los viejos se noten poco.
El cuadro VI analiza la población total en 1980 y sus expectativas para el año 2000.
En los diferentes países latinoamericanos, así como las cifras totales de mayores de sesenta años y sus expectativas para el año 2000. Con muy pocas excepciones, los países duplicaron sus poblaciones en veinte años y las poblaciones de viejos (con excepción de Uruguay, Chile, Cuba, Haití y Argentina) aumentaron en un promedio del 125 por 100 (Colombia, Brasil, Venezuela y Honduras tendrán un 150 por 100).
CONCLUSIONES
a)      Rurales, 80 por 100.
b)      Tribales, 1 por 100.
c)       Urbanos, 19 por 100.
Dentro de los sistemas sociales el  indio ha ido evolucionando desde una total esclavitud en la colonia hasta lograr ciertos derechos ciudadanos propios, aunque en la actualidad aún persisten modelos coloniales basados en la explotación, marginación y actitudes negativas que convierten a los indígenas en problema social y los desligan de su papel dentro de la economía nacional.
La discriminación es más acentuada en ciertos países, por lo que los indígenas constituyen el grupo migratorio más fuerte a las áreas urbanas, en donde sufren de mayores desventajas tanto por su falta de productividad en un medio ambiente agresivo e inhóspito, especialmente para el viejo, a quien las migraciones acaban por desintegrarlo de la familia y la sociedad, que en las áreas rurales le brindaban un mayor apoyo informal. Por otro lado, los esfuerzos del Gobierno por «civilizar» las sociedades tradicionales, desconociendo el pluralismo cultural, idioma, [creencias religiosas, tradiciones, sistema de valores, constituye una de las ideas básicas equivocadas, que al romper la integración cultural priva a estos grupos marginados de un futuro económico-social y de su papel productivo en el desarrollo, en especial a los viejos, que son los que menos oportunidades tendrán al perder su rol y status tradicional. El principal factor negativo es la migración urbana, que desarticula al indígena y al viejo de los verdaderos centros de producción de alimentos de los «países en desarrollo».
Los cambios sociales desintegran física y psíquicamente tanto a jóvenes como a viejos, pero los primeros se adaptan más fácilmente, mientras que para los viejos constituye un verdadero shock que los margina y desampara, además de que origina graves conflictos generacionales. Aun así, nuestros viejos gozan de una protección informal asegurada y los verdaderos problemas serán para los jóvenes que están envejeciendo en medio de esta situación.
El hombre viejo en Latinoamérica es un trabajador de por vida en mano de obra no especializada, autoempleado, pero conoce toda clase de oficios, está malnutrido, con malas condiciones medico-sanitarias pobres y con condiciones de vida difíciles.
La mujer vieja está ligada a su hombre y a sus hijos, su trabajo es dedicado a ellos y realiza toda clase de labores, convirtiéndose en el centro de la economía familiar; sus características son su alta tasa de fecundidad y de mortalidad, su nutrición y salud poco favorables y su nula participación en los servicios públicos o en la comunidad; está marginada frente al varón en el plano social; sin embargo, resalta su papel en la socialización del niño y su gran poder de decisión a través del esposo. Si el padre es respetado, la madre es venerada y amada como símbolo familiar más en Latinoamérica que en ninguna otra región del mundo.
Los sistemas de cuidado formal para los viejos en las sociedades tradicionales son prácticamente inexistentes y son principalmente de tipo caridad por la Iglesia, grupos voluntarios y en último término por el Estado, que se justifica utilizando sus recursos para programas comunitarios prioritarios; esta situación es tolerada debido a que la familia se ocupa totalmente de sus viejos y no los abandona. Sin embargo, se nota una corriente favorable a la creación de sistemas modernos de cuidados en todo el Continente como consecuencia del mismo desarrollo médico, económico y social.

BIBLIOGRAFÍA
CELADE:   Centro Latino-Americano de Demografía de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas.
KALISH,   RICHARD A.: "A gerontological look at ethnicity human capacities and individual adjustement", The Geronro/og/sf, parte 2.a, págs. 78-87, Spring, 1971.
KALISH,   RICHARD,   y   MORIWAKI,   SHARON:  "The   world   of   the elderly   asiam-american",   Journal  of  Social                Issues,  29:   187-209, 1973.
WORLD POPULATION TRENDS 1977. Monitoring Report, vol. I. Selec. World Demographic  Indicators  by Countries.




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Artículo fue publicado en la revista Mundo Médico en el mes de noviembre de 1996

Este artículo fue publicado en la revista MUNDO MEDICO en el mes de Noviembre de 1996 cuando hubo un auge en la importancia de la geriatría y su reconocimiento oficial como especialidad, así como, las cátedras en diversas universidades. Por ello, la editorial solicitó al Dr. González Aragón la coordinación de esta Edición Especial en la que destacan los preceptos que desde 1980 ha postulado el primer médico geriatra con posgrado en México.

CALIDAD DE VIDA EN LOS ADULTOS MAYORES Y PERSONAS MAYORES
Nuestro país como el resto del mundo está enfrentando una transición demográfica determinada por el control de la natalidad y los avances médico-sociales, que han establecido una reducción de la mortalidad y un aumento de la expectativa de vida hasta los 70 años. El incremento en la población adulta y en las personas mayores ha señalado una mayor frecuencia de enfermedades crónico degenerativas y una nueva problemática médico, psicológica, social y económica planteada por los envejecientes, en el campo de la atención de la salud.
En las condiciones actuales se puede asegurar que quienes trabajan en la esfera de la salud han de emplear cada vez mayor cantidad de su tiempo en la atención de estos pacientes, lo cual obliga a estar preparado para enfrentar la creciente demanda de cuidados especializados. Las condiciones patológicas de las personas mayores presentan diferentes matices y nuevas dimensiones, cuando se conjuga el punto de vista de la medicina interna con el complejo proceso de envejecer, es por ello que nos encontramos en la evolución de nuestra propia transición como profesionales en una sociedad envejeciente, en la que debemos ampliar los modelos terapéuticos con patrones de funcionalidad, autonomía, autosuficiencia y calidad de vida.
Aún existen ciertas controversias para delimitar el periodo de la vejez, a este respecto, conviene aclarar que en los países en desarrollo se sigue el criterio de la ONU, de considerar como margen para fines estadísticos, la edad de 60 años, mientras que en los países desarrollados se prefiere seguir utilizando la edad de 65 años, lo que produce cierta confusión al revisar la literatura.
En el mundo de habla hispana se utilizan diversos términos para referirse a los individuos en la etapa de la vejez. Si tenemos en cuenta que las tres edades son: infancia, vida adulta y vejez, el vocablo correcto es el de viejos. Sin embargo debido a que puede tener una connotación asertiva o peyorativa, se ha considerado: je el término más apropiado es el de personas mayores, pudiendo también utilizarse como sinónimos el de personas de edad, personas de edad avanzada y personas de la tercera edad. La palabra anciano designa a los viejos con problemas socioeconómicos y asitenciales, mientras que los modismos clásicos de gerente y senecto son más propios para la literatura que para reflejar una realidad humana. Se denomina población de la tercera edad, al grupo etario más allá de los 60 años. Al extenderse los horizontes de prevención y autocuidado hacia etapas que corresponden a la edad adulta, se ha empezado a utilizar el término de adultos mayores para designar a los individuos desde los 50 años, como un concepto global que abarca la madurez y la vejez.
En los últimos veinte años, en México han ocurrido cambios notables en la percepción y actitudes de los profesionales de la medicina y de las instituciones del Sector Salud hacia una mayor aceptación de la geriatría y gerontología. Si todo a nuestro alrededor está en proceso continuo de cambio, no podíamos permanecer estáticos, pues al detener nuestra evolución quedaríamos fuera de nuestra propia vida y misión social. La vejez es movimiento y debemos enfrentar el envejecimiento de nuestra sociedad y de nosotros mismos, en un entorno activo, en el cual debemos interactuar y aprender de nuestro destino inevitable.
Este es el mérito de Mundo Médico que en este número especial nos presenta una extensa revisión de tópicos y temas relacionados con los pacientes mayores, siguiendo las recomendaciones de la OMS, de difundir conocimientos a los profesionales de la salud, sobre todo en los niveles de atención primaria, para obtener el máximo beneficio en la prevención y curación de sus pacientes mayores.
Nadie duda que un buen internista o médico general está en óptimas condiciones de diagnosticar correctamente una enfermedad prostética, una demencia o una incontinencia urinaria, asimismo de que es capaz de manejar sus fármacos correctamente, en un paciente viejo. Pero el conocimiento geronto-geriátrico justifica y consolida cada vez más su utilidad, porque da respuesta adecuada a la vasta problemática del adulto mayor, al proponer un manejo integral.
La evaluación y manejo de los adultos mayores implica conocimiento en el I envejecimiento y las condiciones psicológicas, sociales y económicas de las personas de edad.
Todos los médicos, con excepción de los pediatras, tratan diariamente a un número creciente de pacientes mayores, con un aumento notable en la frecuencia de padecimientos crónico degenerativos y cuyo tratamiento requiere habilidades específicas. La distinción entre los cambios producidos por el envejecimiento y las enfermedades en la vejez, debe realizarse con base en una gran sagacidad clínica, evitando caer en el error de considerar las condiciones patológicas como irremediables por razón de la edad.
En busca de atención médica acuden a diario un gran número de adultos mayores sanos e independientes, otros con enfermedades agudas o con problemas médicos menores y varios más con enfermedades crónico degenerativas que los van deteriorando progresivamente al grado de volverlos frágiles, discapacitados e inválidos; estos pacientes esperan de sus médicos opciones positivas y adecuadas para lograr la mejoría en sus padecimientos junto con la certeza de una mejor calidad de vida.
Los puntos clave en la evaluación y manejo de las personas mayores son:
·         El conocimiento de las alteraciones morfológicas y fisiológicas durante el curso de la involución del organismo en el proceso del envejecimiento con sus componentes degenerativos.
·         La homeostasis disminuida y por tanto inestable hace un equilibrio muy precario y una línea   divisoria muy estrecha entre normalidad y enfermedad, entre fisiología y patología.
·         La disminución de las reservas funcionales, respuesta inmunológica, capacidades adaptativas, etc. determinan un aumento de susceptibilidad y vulnerabilidad a los agentes agresores bióticos y abióticos.
·         La tremenda diferencia en el proceso de envejecimiento de individuo a individuo, a una misma edad, después de los 60 años; lo que nos hace meditar que cada paciente es distinto y el viejo aforismo médico "no hay enfermedades, sino enfermos" adquiere mayor relieve en la vejez.
·         Que dentro de un mismo organismo los órganos no envejecen a la misma velocidad y su involución no obedece a procesos tan específicos y similares como lo fue durante la infancia o en la juventud.
·         El envejecimiento es un proceso que dura toda la vida y está determinado por factores genéticos o intrínsecos y ambientales o extrínsecos, que inciden de diversa manera en los distintos individuos a las diferentes edades.
La enfermedad en la vejez es un proceso específico desarrollado en un organismo deteriorado por el tiempo, por cambios biológicos y situaciones en las que interviene el medio ambiente, la familia y la sociedad; en ninguna otra rama de la medicina, estos factores influyen de manera tan decisiva en la salud de los pacientes. Una enfermedad en el adulto joven presupone una recuperación satisfactoria mientras que conforme avanza la edad, la recuperación es más lenta, el tratamiento más difícil y la colaboración del paciente y los familiares así como de la sociedad, constituyen elementos determinantes.
Las características del paciente geriátrico son:
·         Diferentes enfoques diagnósticos
·         Los síntomas y signos son atípleos
·         Multipatología como regla general
·         Efecto de acumulación y mayor frecuencia de complicaciones
·         Diferente evolución, curso y reacción de la enfermedad
·         Imposible hacer un diagnóstico único
·         Terapéutica peculiar y racional por el peligro de la polifarmacología
·         Mayor riesgo de intoxicación por medicamentos
·         Presencia de problemas psíquicos diversos que los convierten en sujetos negativos y poco cooperativos
·         Diagnóstico o diferencial complicado
·         Relación indisoluble con el medio ambiente social poco favorable
·         Relación directa de la salud con el factor económico
·         Sustrato nutricional deficiente, ligado a factores culturales, económicos y sociales
Es muy importante enfatizar que no existen "enfermedades propias de la vejez" ni confundirla como sinónimo de enfermedad; son las situaciones las que cambian, la involución natural, hacen que el individuo sea más susceptible y vulnerable al disminuir sus capacidades de adaptación al medio externo y su homeostasis. El límite entre normalidad y patología se vuelva muy sutil.
Por tanto, las "enfermedades en la vejez" son las mismas que ocurren en todas las edades y lo que cambia son las características, condiciones y evolución del proceso patológico.
Enfermedades que son más comunes en la vejez y poco frecuentes en la edad adulta:
·         Incontinencia urinaria
·         Osteoporosis
·         Fractura de cadera
·         Ulceras de decúbito
·         Problemas prostéticos
·         Cataratas y glaucoma
·         Accidentes cerebrovasculares
·         Enfermedad de Parkinson
·         Síndromes demenciales
·         Herpes zoster
Enfermedades que existen tanto en la vejez como en la edad adulta, que adquieren caracteres peculiares y evolución muy distinta en la vejez:
·         Hiper e hipotiroidismo
·         Infarto al miocardio sin dolor
·         Edema agudo de pulmón sin disnea
·         Neumonía afebril
·         Embolismo pulmonar silencioso
·         Depresión
·         Enfermedades malignas del colon y pulmón
·         Síndrome de abdomen agudo atípico
·         Disfunciones sexuales
·         Yatrogenia
Multipatología: enfermedades que más frecuentemente coexisten en los viejos
Procesos de evolución crónica que interactúan, hacen la evolución, más tórpida, difícil el diagnóstico y el tratamiento más elaborado:
·         Insuficiencia cardiaca congestiva
·         Angina de pecho
·         Insuficiencia renal crónica
·         Insuficiencia venosa periférica
·         Constipación crónica
·         Osteoartritis y osteoporosis
·         Problemas urinarios diversos
·         Diabetes mellitus
·         Obesidad
·         Trastornos psiquiátricos del tipo neurosis, ansiedad y depresión
El manejo médico de las personas mayores debe enfocarse al tratamiento de los procesos patológicos de acuerdo con los más estrictos criterios de una terapéutica farmacológica o quirúrgica, así como a las medidas de apoyo complementarias, teniendo siempre en consideración que el objetivo primario es: conservar la función, minimizar cronicidad y evitar invalidez. La aplicación de los conocimientos geronto-geriátricos debe enfocarse en el contexto de medicina integral a las personas mayores, a fin de reducir al mínimo, aliviar, prevenir o incluso eliminar los efectos adversos físicos y sociales in-deseables de las enfermedades en la vejez y a retardar la incapacidad permanente y la dependencia. El concepto ideal es mantener al paciente mayor de edad con una buena calidad de vida, autosuficiente e independiente en su domicilio, en el seno de la familia e integrado a la comunidad, el mayor tiempo posible, dejando la institucionalización como el último recurso de atención, sólo cuando sea estrictamente indicado.
Los planes terapéuticos no deben limitarse únicamente a la prescripción de medicamentos o a la aplicación de procedimientos quirúrgicos. El manejo integral gerontológico incluye:
·         Indicaciones nutricionales precisas
·         Orientaciones sobre estilos de vida saludables (ejercicio, no tabaco, no alcohol, control de peso, etc.)
·         Apoyo psicológico
·         Medidas de rehabilitación (bastones, apoyos, barandales, fisioterapia)
·         Asegurar la responsabilidad de la participación familiar
·         Involucrar al sector informal (amigos, vecinos, comunidad, voluntarios)
·         Utilizar en forma adecuada el sector formal (IMSS, ISSSTE, DIF, INSEN)
·         La participación del equipo multidisciplinario: enfermera, psicólogo, odontólogo, fisioterapeuta, trabajadora social, gericultista y nutriólogo entre otros.




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