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lunes, 15 de agosto de 2011

MEDICO MODERNO 1980

Conceptos básicos de nutrición en geriatría
(1980)
La nutrición es uno de los factores exógenos más importantes que determinan la forma en que se envejece. Además constituye uno de los pilares básicos de la vida del anciano. Una adecuad nutrición retarda la progresión de las enfermedades crónicas y la involución previa a la vejez. Una dieta con imprudencia y desorden a lo largo de toda una vida repercutirá negativamente como consecuencia de las malas condiciones fisiológicas creadas y por el daño dejado en el hábito de alimentación. Psíquicamente, la persona así acostumbrada se mostrará reacia a cambiar sus sistemas alimenticios, favoreciendo ciertas enfermedades como diabetes; ciertas hiper-lipo-proteinemias; la obesidad como factor patológico; desordenes en el balance del calcio y potasio, etc.

Orientaciones dietéticas generales
Las necesidades nutritivas del anciano son:
1.       Energéticas
2.       Plásticas o de renovación constante de material noble de la célula, tejidos, enzimas, hormonas, etc.
3.       Hídricas
4.       Vitamínicas y minerales
Está observado clínica y experimentalmente la posibilidad de una mayor longevidad con cierto tipo de alimentación y también la influencia de la dieta en la adquisición de ciertas enfermedades como las entes mencionadas.
 Las necesidades calóricas disminuyen con la edad y en ello influyen la reducción de la actividad física y la disminución del metabolismo basal por decremento de la masa protoplásmica. Sinclair señala que el anciano medio necesita de 2000 a 2800 calorías cada día, el hombre, y 1500 a 2000, la mujer.

Elementos energéticos y plasmáticos
Se obtienen a través de los principios inmediatos.
Los hidratos de carbono: -fuente de energía más fácil de obtener- en su metabolismo se transforman en glucosa que, a su vez, sigue tres caminos: a) glucógeno (almacenamiento); b) se oxida en los caminos metabólicos; c) se convierte en grasa que por su bajo costo, fácil preparación y consumo agradable, es preferida por los viejos. Se deben suministrar de 250 a 280 gr/día que proporcionarán entre 1000 y 1200 calorías, un 50% de las que precisa el anciano. Alimentos muy ricos son: azúcar (100%); miel (80%) y conservas (70%); regulares: harinas y pastas (70 a 80%), pan (50%), dulces y frutas secas (70 a 75%); fruta fresca (10%); plátanos y uvas (20%).
La proteína está destinada a la renovación plástica de órganos y tejidos y su requerimiento se aumenta solo en condiciones se stress. Se debe suministrar 1 gr/kg/día y deben constituir el 30% de las calorías diarias. Hay proteínas de origen animal – carne 25% de su peso; quesos 20%; pescado 15 a 20%, huevo 13% y leche 3%; - y de origen vegetal – frutas secas 15 a 20%; pan integral y pastas de sopa 10 a 15%; cereales 10% y legumbres 20 al 25%- .
Las grasas son el más despreciado de los alimentos y se les atribuye la paternidad de muchas enfermedades y procesos degenerativos.
Su utilidad es imprescindible por su valor calórico indudable, vehículo de vitaminas liposolubles y ácidos grasos esenciales, entre otras funciones, los ácidos pueden ser grasas saturadas (que elevan el colesterol); poliinsaturadas (que lo rebajan) y monoinsaturadas (que no o modifican). Por ejemplo manteca de cerdo, cárcamo y aceite de oliva, respectivamente.
Al confeccionarse una dieta de grasa no debe preocupar si es de origen animal o vegetal, sino el grado de saturación de los ácidos grasos.
Se debe suministrar de 40 a 50 grs. (20% tota de las calorías), en aceites de soya, girasol, cártamo u oliva.
Las necesidades hídricas son una de las teorías del envejecimiento que supone que éste se debe a una muy lenta, incontrolable y progresiva deshidratación. Esto es muy significativo en el envejecimiento y es un punto que debe ser considerado. Todos los alimentos contienen agua: verduras y frutas (85%), carnes (70%), pan (35%), pero los requerimientos necesarios se obtienen a través de los líquidos ingeridos. No es recomendable que el viejo escatime la cantidad de agua ingerida; sin embargo, debe vigilarse que no se sobrepasen los niveles deseables puesto que diluiría el HCL gástrico, tan escaso en las personas de edad avanzada.
Los requerimientos vitamínicos deben cubrirse incluidos en una dieta equilibrada normal y solo en caso de avitaminosis múltiples o particulares, han de administrarse por separado.

Aspectos somáticos
Entre los principales aspectos somáticos que impiden comer se encuentran:
a)      Alteraciones de la dentadura o prótesis, rigidez de articulación mandibular o pérdida de fuerza de músculos masticadores.
b)      Rigidez o falta de fuerza en los brazos hasta extremos de parálisis, temblores o incoordinación de movimientos.
c)       Alteraciones posturales o postración en cama.
d)      Pérdida de la agudeza visual que impide observar los alimentos en el plato.
e)      Otras condiciones del medio que entorpecen el acto de comer.

Alteraciones digestivas
Estas pueden enumerarse así:
a)      Disminución de la calidad y cantidad de las sustancias que intervienen en la digestión (HCL, enzimas digestivas, bilis, fermentos pancreáticos, etc.)
b)      Alteraciones en la motilidad gastrointestinal. Es frecuente la indigestión, la sensación de pesadez gástrica, el meteorismo, la flatulencia y la constipación. Hay que considerar que influye en ella la disminución de la sensibilidad gustativa y olfativa, la disminución de la agudeza nasal y un origen psicógeno agravado por la soledad durante la comida, además de que puede ser síntoma de muchas condiciones patológicas y que ameritan una visita médica.
c)       El comer en exceso y entre horas tiene un origen psicógeno (se observa en ciertos casos de diabetes). Esta situación debe combatirse dado que perturba la digestión y conduce a la obesidad.
d)      La soledad en sí misma al perderse la convivencia y comunicación, lo que lleva a la depresión.
e)      El problema económico ocupa un lugar de gran importancia, ya que no puede prepararse una buena alimentación si no hay medios para comprar los alimentos necesarios y recomendados. Esta situación es particularmente aguda en las clases bajas y en la población rural.
Para solucionar las situaciones existen iniciativas, ya sea de educación familiar o al personal asistencial. Ayudan los clubes y comedores especiales y distribución domiciliaria de comida, lo que se hace en otros países. Es fundamental rodear al anciano de atención y buen humor, proporcionales dietas livianas, apetitosas y variadas y, sobre todo, brindarles cariño. La solución del problema económico y de distribución de alimentos tiene implicaciones más profundas y nos llevaría a tratar otros aspectos ajenos al contenido de esta nota.
Cabe agregar que es posible la existencia afecciones definidas como gastritis – biliar, hepática o del intestino -, o de otros órganos cuyas alteraciones repercutan el al digestión.

Alteraciones metabólicas
Son implícitas al envejecimiento y vale la pena mencionar los siguientes conceptos, que siempre deberán tenerse presentes junto con orientaciones dietéticas básicas.
a)      Los procesos metabólicos disminuyen de intensidad con la edad en una tendencia difícil de contrarrestar aún con la sobrealimentación.
b)      Se siguen necesitando las mismas sustancias nutritivas aportadas por iguales alimentos que antes.
c)       El mejor índice de suficiencia del aporte nutritivo es mantener el peso. Debe evitarse a toda costa que suba del peso ideal. La obesidad es sumamente peligrosa para el anciano, más que la delgadez, siempre que ésta no llegue a la desnutrición.
d)      La necesidad de calorías va disminuyendo al bajar la actividad física. Ya se señalo como normal un promedio de 2000 calorías al día.
e)      Los aportes vitamínicos deben ser prescritos por el médico considerando que estos elementos, así como las hormonas, no tienen cualidades especiales para rejuvenecer o detener el envejecimiento.
Con lo que aquí se ha dicho son solamente orientaciones generales, es conveniente individualizar el caso según el estado de salud y la edad, el estado psíquico y los factores sociales y económicos y el grado de colaboración del anciano. Son muy importantes los auxiliares del médico, como los nutricionistas profesionales, pero sobre todo, hay que recalcar que la alimentación adecuada del anciano está en gran parte en manos de una buena cocinera y de quien lo sirve con vocación y con amor.

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