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lunes, 28 de noviembre de 2011

Artículo Publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología

Criterios básicos de evaluación y manejo del paciente geriátrico
Dr. JOAQUÍN GONZÁLEZ ARAGÓN G.
Publicado en REVISTA ESPAÑOLA DE GERIATRÍA Y GERONTOLOGÍA
Tomo XV. Mayo – Junio 1980. Numero 3.
Este es un artículo pionero para la geriatría española y mexicana donde se presentan los criterios básicos para el manejo de las personas de la tercera edad. Recibió excelentes comentarios y sirvió de base para la publicación en 1990 de su libro “El Paciente Geriátrico” y en el 2003 para la de un libro más extenso de editorial Trillas, “El Paciente de Edad Avanzada, un paciente diferente”. Estos textos han servido en las escuelas de enfermería, gerontología y para las cátedras de geriatría de pregrado y en la especialidad, es decir, en la formación de los profesionales dedicados a la atención de los adultos mayores.
Introducción
El médico que se dedica a la Clínica diariamente, ya sea en su práctica familiar o de especialidad, trata a pacientes geriátricos tanto a nivel privado como institucional; nos damos cuenta que ese número de pacientes es muy importante y constituye un porcentaje muy elevado de la consulta diaria en el consultorio o en el hospital, y ese número seguirá aumentando porque la medicina moderna, con sus avances, ha determinado que la nueva especialidad de la Geriatría sea la consecuencia del mejoramiento de los núcleos de salud y las condiciones de vida para todos los seres humanos.
Por esa misma razón los geriatras que ya practicamos la especialidad nos damos cuenta que una gran mayoría de esos pacientes son subestimados y mal manejados en el aspecto biópsico-social porque el personal médico, paramédico y asistencial no ha tenido el debido entrenamiento para valorar y enfocar las condiciones patológicas y psíquicas y sociales de los viejos, lo que trae como consecuencia fracaso en los tratamientos, rechazo por parte de los pacientes y una decepción física y psíquica hacia la medicina, sus representantes y las instituciones que contribuyen a profundizar el problema de deterioro orgánico y psicológico que llevará al paciente hacia actitudes negativas que inevitablemente culminarán en el acortamiento de la vida y creación de problemas a la familia y el Estado; estas actitudes conducirán a un desperdicio de recursos humanos y materiales (horas, médico, hospital, medicamentos, falta de productividad, etc.) únicamente por la falta de preparación del personal y porque los errores que se cometen diariamente se siguen cometiendo desde hace muchos años y nadie se ha puesto a meditar en la importancia del problema, de la falta de comprensión entre Servicios de salud y paciente geriátrico.
No sólo es el problema de la elaboración del diagnóstico, sino considerar siempre la particular condición del paciente y de su medio ambiente, que en el viejo es más patente que en ningún otro enfermo.
La separación del proceso del envejecimiento y de las condiciones morbosas que suelen acompañarlo debe hacerse con gran cuidado, ya que uno de los errores principales es considerarlo todo como irremediable y como consecuencia de la misma edad, y al hacerlo lo consideramos como algo inevitable, para lo cual no hay tratamiento ni esperanza de mejoramiento. Siendo importante ahora saber que el envejecimiento es raramente causa de enfermedad o de muerte y menos aún sinónimo de enfermedad.
La Geriatría se encuentra en el momento en que debe ser considerada dentro de los programas curriculares de la Escuela de Medicina y Enfermería a nivel de pre y postgrado, ya que, como en el caso de la Pediatría, existe clara justificación para su jerarquía dentro de la Medicina.
Algunos conceptos que fundamentan la importancia de la Geriatría
1. La tremenda diferencia en el proceso de envejecimiento de individuo a individuo a una misma edad después de los sesenta años, lo que nos hace meditar que cada paciente geriátrico es distinto y el viejo aforismo médico de «No hay en¬fermedades, sino enfermos» adquiere mayor relieve en la vejez.
2. Que dentro de un mismo organismo los órganos no enveje¬cen a la misma velocidad y su involución no obedece a pro¬cesos tan específicos y similares como lo fue el desarrollo durante la infancia.
3. El envejecimiento es un proceso que dura toda la vida y que está determinado por factores genéticos o intrínsecos y am¬bientales o extrínsecos que inciden de diversa manera en los distintos individuos a las diferentes edades.
Puntos clave para evaluación y manejo en Geriatría
Para una correcta evaluación y manejo del paciente geriátrico debemos considerar los siguientes puntos:
a) Tener el conocimiento de las alteraciones morfológicas y fisio¬lógicas durante el curso de la involución del organismo en el proceso del envejecimiento con sus componentes degenera¬tivos.
b) Entender que la homeostasis disminuida y por tanto inestable hace un equilibrio muy precario y una línea divisoria muy estrecha entre normalidad y enfermedad, entre fisiología y patología.
c) La disminución de las reservas funcionales, respuesta inmunológica, capacidades adaptativas, etc., determinan un aumen¬to de la susceptibilidad y vulnerabilidad a los agentes agreso¬res bióticos y abióticos.
d) Que no existen enfermedades propias de la vejez, sino que son las mismas enfermedades que se presentan en cualquier época de la vida, pero que por lo expuesto adquieren caracte¬rísticas peculiares.
e) Vejez no es sinónimo de enfermedad, aunque se puede decir que el envejecimiento proporciona las bases para la patología, por lo que es un hecho reconocido que la frecuencia de apa¬rición de enfermedades aumenta con la edad.
Por tanto, es mi propósito señalar en forma somera algunos criterios que considero que si son razonados por los médicos y/o personal asistencial que tratan a ancianos serán de gran utilidad y redundarán en beneficio de su prestigio profesional, la salud de sus pacientes y el mejor aprovechamiento de los recursos.
Primer criterio: No dañar ("primun nil noeere")
El primer principio de buena atención médica a todas las edades. El viejo es uno de los individuos más susceptibles de ser dañado. El arma más tremenda que puede usar el médico contra el anciano es «la palabra»: un comentario mal interpretado, un manejo rudo, una falta de tacto o sensibilidad pueden ser la ruina para la salud del paciente. Por otro lado estudios peligrosos o molestos (arteriografías, colon por enema) son verdaderos daños físicos que debemos ser prudentes y no exagerar nuestra condición de superclínico. No me detendré en el aspecto del uso y abuso de los medicamentos porque serán abordados más adelante.
Segundo criterio: Buscar siempre enfermedades tratables
Este principio no se sigue como debiera, quizá porque estos procesos están enmarcados por otros o porque no aparecen en sus representaciones clásicas. Es frecuente que pasen frente a nosotros anemias, hipotiroidismos, insuficiencias adrenales, que pudieran ser tratados. Por otra parte, la tragedia de no diagnosticar un carcinoma pancreático diseminado no tiene la misma magnitud, sino la falta de tratamiento para ese problema. Los trastornos mentales constituyen un problema serio de este criterio y siempre deben ser abordados en esta base la búsqueda de hipoglicemias, anormalidades electrolíticas, lesiones nerviosas, intoxicaciones farmacológicas, etc.
Por los procesos de pluripatología la tendencia de atribuir todos los síntomas a las enfermedades primarias es un error natural: hay que buscar procesos tratables y no sólo los peores. La medicina no es capaz de curar la mayoría de las enfermedades crónicas; por tanto, el médico no se debe desanimar ni siquiera si al parecer obtiene solamente minúsculos beneficios, porque en el grupo geriátrico o aun una ligera mejoría puede ser suficiente para aumentar el grado de función y la calidad de vida del paciente y sobre todo en el aspecto psíquico para lograr mayor fe en la vida... y en su médico. La patología de muchas enfermedades crónicas sigue siendo irreversible; sin embargo, esto no significa que deban serlo sus secuelas físicas, emocionales, sociales y vocacionales.
Tercer criterio: La enfermedad mental puede aparecer con síntomas orgánicos y la enfermedad somática puede aparecer con trastornos mentales
Hay que hacer una profunda distinción entre este tipo de manifestaciones. Un paciente deprimido puede ser por hipercalcemia, y por el contrario el paciente que tiene todos los datos de un síndrome cerebral puede estar deprimido. La distinción de este tipo de pacientes es sólo factible en personal con un amplio entrenamiento geriátrico y habituado al manejo diario del anciano.
Cuarto criterio: Enfoque diagnóstico diferente. Las condiciones patológicas pueden no presentar sus signos y síntomas clásicos.
Aquí nuevamente la Geriatría adquiere su relieve. El médico, habituado al trato del adulto, no encuentra los cuadros típicos en el anciano. Por ejemplo, en peritonitis o neumonías es común no encontrar fiebre elevada ni leucocitosis, y el dolor no se localiza con la misma precisión que en el joven. Por tanto, el entrenamiento geriátrico y una valoración cuidadosa de los datos, la planeación correcta y el estudio minucioso de los exámenes más que una sagacidad teórica servirán para lograr el diagnóstico.
Quinto criterio: ¿Considerar la diferente evolución y curso de la enfermedad?
Las clásicas descripciones de los tratados médicos se encuentran pocas veces en el paciente adulto. En el anciano es una rareza encontrar un cuadro clínico de libro y una evolución como la pronosticada. El curso de la enfermedad está influido por el grado de involución, tan distinto de órgano a órgano. La pluripatología, la diferente respuesta a los fármacos, los efectos de acumulación y la mayor frecuencia de complicaciones o las influencias psicológicas sociales y ambientales alteran también en gran medida la evolución.
Sin embargo, es regla general la tendencia de las enfermedades a convertirse en procesos crónicos y a tener la invalidez como estadio predecesor a la muerte.
Sexto criterio: Evitar prejuzgar al paciente
El hippy melenudo que encontramos con la mirada extraviada puede no estar drogado, sino sufriendo una meningitis; por tanto, el paciente geriátrico deprimido no lo es porque esté viejo, quizá es hipotiroideo. Es muy común encontrar en la práctica pacientes geriátricos que fueron recetados con el medicamento X porque en su literatura médica aparecen siempre ancianos. Este es el problema principal que debemos evitar con la educación geriátrica; prejuzgar al enfermo geriátrico como crónico y como irrecuperable por el simple hecho de ser viejo.
Séptimo criterio: Evaluar el estado psicológico del paciente
Los cambios psíquicos que trae consigo la involución física y aquellos que vienen como consecuencia de la disminución de las capacidades de actividad y reactividad ocasionan actitudes negativas que dificultarán el manejo adecuado. Está comprobado que los factores psíquicos influyen como aceleradores de los fenómenos degenerativos. De aquí la importancia de la higiene mental.
Octavo criterio: Evaluar al paciente con respecto al medio ambiente familiar y social en que vive
El medio familiar y social son factores fundamentales que influyen en las enfermedades y por consiguiente en su tratamiento: la necesidad de considerar el medio con respecto a sus limitaciones es esencial. Una familia comprensiva y rodeada de afectos es un factor positivo que el anciano abandonado y menospreciado no tendrá aun con el mejor de los médicos, de los diagnósticos y del tratamiento. El ambiente de la casa, las escaleras, los muebles peligrosos, los pisos resbalosos, la ropa inadecuada, zapatos ajustados, etc., son factores que pocas veces se toman en cuenta; conflictos emocionales, problemas familiares, las deudas, problemas legales, los compromisos morales, rechazos sociales, problemas laborales, jubilación y retiro, etcétera, constituyen el otro eje sobre el que gira el manejo de la endeble salud de nuestro paciente.
Noveno criterio: Evaluar al paciente según su situación económica
Es sumamente importante la selección de medicamentos que no afecten la economía del paciente. No siempre un medicamento caro es sinónimo de efectivo. Se debe considerar este punto en especial en tratamientos prolongados. El retiro del trabajo productivo y la jubilación, la falta de ingresos convierten al sector de los viejos uno de los más pobres en nuestra sociedad.
Décimo criterio: El uso adecuado y racional de los productos farmacéuticos
Es un punto en el que hemos insistido en numerosas ocasiones. Es verdaderamente alarmante cómo el médico en general usa en forma indiscriminada las mismas dosis que en el adulto e incluso utiliza medicamentos que no producen los efectos logrados en el joven por desconocimiento de las condiciones metabólicas particulares del viejo. Los enfermos reciben cuatro o cinco medicamentos simultáneamente y conocemos casos donde se han usado 17 medicamentos sin ningún resultado. Los fármacos tienen un mecanismo de absorción, distribución, metabolismo y excreción que en el paciente geriátrico (debido a su fisiología tan especial y sujeto a una serie de condiciones patológicas que individualizan a cada paciente) lo hace susceptible de un mayor riesgo de efectos secundarios nocivos y tóxicos. En personas de sesenta a setenta años las reacciones medicamentosas aparecen con el triple de frecuencia que a los cuarenta años y siete veces más frecuentes que de los veinte a los treinta años.
Antibióticos, anticoagulantes, psicofármacos, antirreumáticos, corticoides, digitálicos, diuréticos, laxantes, hipoglicemiantes, etc., son los de mayor vigilancia; pero en general todo medicamento que va a ser utilizado debe ser bien conocido por el médico en todas sus propiedades y debe administrarse en un amplio sentido de responsabilidad.
La costumbre tan difundida de automedicarse o de usar medicamentos que dieron resultado a un familiar o conocido encuentra de este modo su respuesta y la formal recomendación de evitarlo en toda edad, especialmente en la senectud.
Undécimo criterio: La historia clínica, la mejor arma de evaluación
El expediente geriátrico especializado que incluya una cuidadosa recopilación de datos de la historia familiar, personal, patológica y ficha social, así como un adecuado examen físico, estudios de laboratorio cuidadosamente indicados darán la clave para el manejo de nuestro paciente. Nuevamente insisto: el internamiento es básico para familiarizarse con la patología del viejo. Es necesario ser muy diestro en la elaboración de diagnósticos y tratamientos. Sabemos que los resultados no serán tan dramáticos como en los más jóvenes, pero sí lo bastante para el paciente en cualquier detalle positivo y porque nos servirán para quitar al médico y la enfermera no habituados sus traumas de frustración en el manejo del anciano.
Duodécimo criterio: El enfoque del problema nutricional
México, tradicionalmente, tiene una cultura alimenticia con las más endebles bases nutritivas, y esto, que tiene tremendas repercusiones fisicosociales en el joven, es mucho más notable su carisma a nivel del viejo, quien vive en un organismo que fue mal alimentado desde su niñez, y esa fuerza de costumbre hace que siga habituado a la ingestión de alimentos que no satisfacen sus requerimientos calóricos y proteicos. El geriatra debe enfatizar en el paciente y en su familia hacia criterios de alimentación saludable y balanceada. Frecuentemente leemos de enfoques hacia este problema de mala alimentación en el pueblo de México; pero nunca se ha hecho una campaña que nos enseñe a comer, en qué se debe basar la alimentación y por qué no se deben comer cierto tipo de alimentos. Esto es un punto clave de manejo.
Decimotercer criterio: Manejar siempre la medicina; preventiva de la vejez
Un paciente geriátrico puede acudir al médico por las manchas de su piel o por una ciática y ser manejado en forma sintomática siendo obeso. Es dramático observar en la consulta pacientes recetados para todos los achaques posibles que únicamente con un programa de reducción de peso podrían ser mejorados y, lo que es más importante, se prevendrían problemas de todos nosotros conocidos como la hipertensión, diabetes, artrosis degenerativas o complicaciones mortales como el infarto o un accidente cardiovascular.
Generalmente el paciente responde que sí le mencionaran que «debía bajar de peso», pero sin darle énfasis a la importancia de dicha indicación.
La medicina preventiva de los problemas de la vejez no pretende evitar la aparición de ciertas condiciones, pero sí retardar el máximo su aparición para conservar el mayor tiempo posible las capacidades físicas y psíquicas. A fin de que el paciente pueda ser autosuficiente motivo los conceptos profilácticos deben ser manejados por el médico, tanto individualmente como a través de programas de orientación a la población de mayores en todos los niveles del sector salud. Se pueden considerar, por tanto, tres tipos de medicina preventiva en Geriatría:
1. Primaria: objetivo principal la prevención de enfermedades. Incluye la Gerohigiene, chequeos médicos periódicos.
2. Secundaria: medidas para detener el progreso de una enfermedad establecida.
3. Terciaría: prevenir o retrasar progresos o recaídas en procesos ya establecidos. Aquí la rehabilitación es de vital importancia.
Decimocuarto criterio: La rehabilitación dentro del tratamiento
Los planes terapéuticos deben incluir, además de las normas de higiene dietética y medicamentosa, normas hacia la medicina de re-habilitación, bastones, apoyos, indicaciones en sus hogares. La necesidad de un manejo, la rehabilitación como un concepto dinámico en el tratamiento de las enfermedades crónico-degenerativas. Los médicos frecuentemente se conforman con tratar al paciente en el estado crítico y con el manejo medicamentoso, restándole importancia a este aspecto preventivo y de tratamiento.
Se llega así al concepto moderno de Medicina integral y la rehabilitación constituye la llamada «prevención terciaria», que, junto con la profilaxis y el tratamiento médico intentarán prevenir o eliminar el desarrollo de efectos adversos persistentes de las enfermedades agudas o crónicas que ocasionan incapacidad permanente.
Decimoquinto criterio: El manejo del paciente geriátrico en equipo coordinado por el geriatra
Uno de los rasgos característicos de nuestra profesión se manifiesta en el celo del médico, que no canaliza a sus pacientes con los especialistas indicados y considerándose aptos para el manejo de ciertas condiciones sobre las que un especialista tendría mejor oportunidad dejan correr el tiempo con menoscabo de la salud y la economía del paciente y de su propio prestigio por falta de este criterio. En este caso es fundamental como que el geriatra no pretende ser supermédico dotado de cualidades excepcionales, sino que conociendo ampliamente la fisiopatología de la vejez actúa en muchos casos como coordinador de los diversos especialistas en los casos que sea necesaria su participación para la solución más acertada de sus vicisitudes.
Un Servicio de Geriatría en un Hospital General o un Hospital Geriátrico no deben ser considerados como «depósitos de viejos». Por el contrario su función al proporcionar manejo adecuado médico-social es de descarga de los Servicios especializados en otras áreas para reintegrar al paciente a su hogar, sirviendo de puente entre el sector primario de salud (médico general o familiar), el sector secundarlo (hospital) y el sector informal de apoyo al anciano (familia y comunidad); ahorrando así recursos, horas-médico, medicamentos y camas de hospital, que por una atención geriátrica ineficaz y mal realizado observamos cómo nuestras instituciones se están llenando en efecto de viejos por carecer de Servicios de Geriatría y de una planeación adecuada que proporcionaría beneficios indudables tanto al paciente como a las instituciones.
Decimosexto criterio: El objetivo del tratamiento es conservar la función, minimizar cronicidad y evitar invalidez
Los procesos patológicos en el viejo tienden a la cronicidad y por tanto no son susceptibles de curación. Asimismo terminarán por producir invalidez. Por tanto, el tratamiento no se enfocará únicamente hacia los procesos patológicos (generalmente pluripatología), sino a conservar primordialmente la función, mejorar la cronicidad al máximo y principalmente evitar la invalidez. El hecho de que las patologías crónicas sean incurables nos lleva a revalorar el concepto de «tratamiento geriátrico», así como el de «servicios médicos geriátricos», los cuales no deberán enfocarse ni proporcionarse única-mente por patología, sino en el concepto de medicina integral a «todo el individuo» para reducir al mínimo, aliviar, prevenir o incluso eliminar los efectos adversos y los sociales indeseables de las enfermedades crónicas, a fin de reducir al mínimo la incapacidad permanente y la dependencia. El concepto ideal es mantener al anciano autosuficiente e independiente en su hogar, en la familia o la comunidad el mayor tiempo posible, dejando la institucionalización como el último recurso de atención geriátrica únicamente cuando no puedan valerse por sí mismos.


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Artículo publicado en 1999 en la revista LONGEVIDAD

GERONTOLOGÍA, AUTOCUIDADO Y PREVENCIÓN EN EL ENVEJECIMIENTO
Dr. Joaquín González Aragón G.
Director General del Instituto Mexicano de Estudios en Longevidad.
Este documento fue publicado en 1999 en la revista LONGEVIDAD y representa un antecedente de cómo se puede integrar la Gerontología con la prevención y el antienvejecimiento: desde esos años el doctor Aragón ha presentado a las instituciones gubernamentales y universitarias los programas y modelos a seguir para intervenir de manera positiva en el envejecimiento poblacional y disminuir las repercusiones de la epidemia global de enfermedades crónicas. Hasta la fecha el sector salud sigue a la búsqueda de soluciones siendo que los gerontólogos las hemos planteado desde la última década del siglo XX.
Los conceptos de prevención, educación para la salud, envejecimiento de las poblaciones y todo lo relacionado con la vejez, son tan antiguos como la humanidad.
Sin embargo, es hasta este siglo cuando se ha logrado prolongar más de 25 años la expectativa de vida promedio, en la mayoría de los países del mundo. La longevidad es uno de los logros del siglo XX...
En México, la expectativa de vida en 1950 era de 50 años y actualmente es de 73 años para la mujer y 70 para el varón; en algunos estados de la república como Nuevo León y el Distrito Federal es de 75 años para el sexo femenino y 73 para el masculino. La llamada transición demográfica nos marca un 6.5% de las personas mayores de 60 años, lo que significa entre 6.5 y 7 millones en total para nuestro país; la proporción es 1 persona de la tercera edad de 1 a 14 y aumentará en los próximos 20 años de 1 a 6. Para el año 2025 se estima un 18% de personas mayores.
A este respecto, los especialistas en Gerontología nos hemos dedicado desde 1977 a unificar ciertos conceptos y criterios que nos permitan hablar en un mismo lenguaje ante un asunto tan complejo como el que nos ocupa.
1. Gerontología.-Estudio científico del proceso del envejecimiento con sus implicaciones derivadas a la declinación física y deterioro biológico y sus repercusiones psicológicas, emocionales, sociales, políticas, económicas, sanitarias, tanto sobre el individuo como sobre la sociedad.
2. Geriatría.-Es la rama de la Medicina y la Gerontología que se encarga del manejo de las enfermedades en la vejez.
3. Gerontología Social.-Es la rama que se ocupa del envejecimiento de las sociedades y sus efectos sobre los individuos. Estudia el lugar y la participación del adulto mayor en la sociedad, jubilación, vivienda, aspectos económicos, asilos, participación ciudadana, medio ambiente, trabajo, productividad, marginación, familia y comunidad.
4. Vejez.-Tercera etapa de la vida-considerando a la infancia como la primera y la edad adulta como la segunda.
5. Tercera edad.-Sinónimo de vejez, al considerar las etapas de la vida como "edades".
6. Viejos.-Toda aquella persona, ser animado o inanimado bajo los efectos del tiempo prolongado.
7. Personas Mayores.-Individuos más allá de los 60 años según la terminología de las Naciones Unidad, esta definición se formuló en la década de los 80's (Asamblea Mundial de Envejecimiento, ONU, Viena, Austria, 1982).
8. Adultos Mayores.-Nueva terminología para denominar a las personas mayores en la década de los 90's (1999, Año Internacional de los Adultos Mayores, ONU).
9. Ancianos.-Denominación utilizada para designar los adultos mayores con problemas económicos, sociales y discapacidad física.
10. Envejecimiento: Proceso que transcurre en el ciclo vital, que se inicia con la concepción y termina con la muerte y representa el efecto del tiempo, en este caso, sobre los seres humanos.
TIPOS DE ADULTO MAYOR
En lo que respecta la conceptualización por la sociedad es fundamental reconocer a la población de adultos mayores como un mosaico, difícil de estandarizar por diferencias étnicas, demográficas, educativas, económicas y culturales.
La reflexión de esta gran diversidad destaca la necesidad de contar con parámetros objetivos que emanen de la investigación formal que nos permitan llevar a cabo medidas de aplicación efectivas.
Para fines prácticos la GEMAC propuso desde 1980 está clasificación de acuerdo con:
a) Estados físicos: sanos, enfermos (agudos-crónicos), discapacitados.
b) Estado mental: lúcidos, confusos, dementes.
c) Respecto a la familia: integrados, desintegrados.
d) Respecto a la economía: dependientes, independientes.
e) Respecto a la productividad: productivos, improductivos.
f) Respecto a la sociedad: autónomos, participativos, adaptados y desadaptados.
g) Respecto a la educación: analfabetos, con conocimientos básicos y con educación superior.
h) Respecto a su demografía: urbanos, rurales, semiurbanos.
i) Respecto a su etnicidad: indígenas, mestizos.
Con 2 grupos como resumen:
1. El adulto mayor joven, sano, de 60 a 75 años, productivo, adaptado ocialmente o parcialmente independiente.
2. El adulto mayor viejo, enfermo crónico o discapacitado, de 75 años en adelante, improductivo, dependiente y desasimilado socialmente.
ENFOQUES GERENTOLOGICOS
Por lo tanto, nuestra primera conclusión es que los enfoques para solucionar la problemática de los adultos mayores es multidisciplinario y muy variado. Por lo tanto los organismos gubernamentales como la sociedad civil deben considerar.
1. El enfoque demográfico: La transición poblacional.
2. El enfoque familiar: Conserva la integración familiar y al adulto mayor integrado a la familia.
3. El enfoque cultural: Cambiar la imagen y los estereotipos negativos hacia la vejez.
4. El enfoque de salud: Prevención, auto cuidado e intervención desde los 25 años y en especial a partir de los 60 años.
5. El enfoque social: fomentar la participación ciudadana y destacar su papel en la sociedad que contribuyeron a formar.
6. El enfoque económico: Oportunidades laborales y de ser productivos.
7. El enfoque político: El destino de los adultos mayores depende de la voluntad política del gobierno para atender sus necesidades. Esto incluye legislación, protección jurídica y un plan Gerontológico a nivel estatal y nacional.
El objetivo según la OMS, es de lograr un envejecimiento activo, saludable, productivo y exitoso.
NECESIDADES DE LOS ADULTOS MAYORES
Las principales necesidades de los adultos mayores son:
1. Salud.- Tanto físico como mental. Esta necesidad es definitivamente la más importante. Alcanzar una buena salud es tal vez el logro más importante para la calidad de vida y la longevidad. La salud se caracteriza en física, mental, espiritual y social y está íntimamente ligada a los aspectos de prevención, auto cuidado, estilos de vida saludables, nutrición apropiada, medio ambiente adecuado-desde edades a partir de los 25 años y por medio del manejo y cuidados apropiados en el sector salud a través de sus niveles de atención primaria, secundaria y terciaria, por personal capacitado en Geriatría y Gerontología.
2. Economía: las personas mayores deben tener asegurados ingresos o pensiones que les permitan satisfacer las necesidades básicas de alimentación, vestido, vivienda, recreación, transporte, comunicaciones, entre otros.
Estos ingresos pueden provenir:
a) Trabajo remunerado proporcionado a sus condiciones.
b) Ahorros, rentas, acciones, participaciones.
c) Asignación familiar o previsto dentro de la familia.
d) Pensiones, jubilación, afores, subsidios, aportes gubernamentales.
3. Actividad: que puede ser:
a) Productiva: relacionada con el trabajo, tanto el que genera ingresos económicos como todo tipo de actividades que implican creatividad y satisfacción personal.
b) Participativa: en la toma de decisiones, difusión de conocimientos, servicios a la comunidad, voluntariado, formación de movimientos o asociaciones de personas mayores.
c) Recreativa: son las acciones para distracción, fomento cultural, aprendizaje, turismo, entre otros, que aseguren el disfrutar de los años.
4. Integración social:
a) Independencia.-acceso a los servicios y cuidados, oportunidad de influir y participar en la fuerza de trabajo.
b) Vivienda.- facilitar que permanezcan en su hogar el mayor tiempo posible, atención domiciliaria y en caso necesario, asilos, residencias o instituciones geriátricas.
c) Protección familiar y de la comunidad con acceso a los servicios de salud; sociales y jurídicos que les otorguen cuidados y apoyos.
d) Autorrealización.-el aprovechamiento de las oportunidades para desarrollar su potencial y tener acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales y recreativos de la sociedad.
e) Dignidad.-vive libre de explotación, abuso, victimización y malos tratos físicos y mentales por parte de la familia y la sociedad. Ser valorados independientemente de su edad.
f) Participación política.- ejercer plenamente sus garantías individuales y participar en la elaboración y ejecución de las políticas para adultos mayores y de la sociedad en general ser escuchados individualmente, en asociaciones de adultos mayores y en consejos de ancianos.
Es muy posible que un día los propios adultos mayores, con la fuerza eminente del aumento de su número e influencia, obliguen a la sociedad a adoptar un concepto de vejez positivo, activo y orientado hacia ser una fuerza que contribuye al desarrollo. La conciencia de ser adulto mayor como concepto socialmente unificado, puede convertirse en un factor positivo para nuestra nación.
REALIDADES EN LA ATENCIÓN DE LOS ADULTOS MAYORES
1) Es muy escasa la investigación sobre los adultos mayores.
2) Se hace muy poco para prevenir desde la juventud los factores de riesgo de las enfermedades crónicas degenerativas.
3) Son mínimas las acciones globales en educación de profesionales y entrenamiento del personal en gerontología y geriatría.
4) Son contados con los dedos de la mano los servicios de geriatría y gerontología en nuestro país.
5) En la sociedad persisten actitudes y estereotipos negativos hacia la vejez.
6) El Plan Global de Desarrollo del sexenio anterior coloca a los adultos mayores como grupo vulnerable, junto a los discapacitados.
7) Se asocia a la vejez con deterioro, mala salud, inutilidad y carga social.
8) Se presenta a los viejos como limosneros, desamparados y desprotegidos.
9) Existe una percepción por parte de las instituciones del tipo de separación segregacionista el grupo "tercera edad"-Un ejemplo es el baile de la "cana al aire" solo para viejitos.- Está separación arbitraria es antagonista del criterio de universidad del envejecimiento, de la experiencia individual de envejecer, de la evolución de la experiencia y de la importancia de la integración generacional en la que convivan jóvenes, adultos, niños y adultos mayores (ONU, 1999).
10) El peor error es considerar a la vejez como un problema y una crisis y no como una conquista de la sociedad y una oportunidad para el desarrollo.
- Los mayores problemas que impactan a las personas mayores son pobreza, mal nutrición, enfermedades agudas y crónicas (físicas y mentales), marginación social, negligencia y maltrato.
Es fundamental aminorar estas barreras básicas para mejorar la calidad de la vida de los adultos mayores. El Instituto Nacional de la Senectud debería revisar su filosofía y principios y convertirse en el INSTITUTO NACIONALDELADULTO MAYOR(así como existe un Instituto Nacional de la Mujer y otro de la Juventud).
Un aspecto a destacar es que la geronto-geriatría ha sido minimizada y se ha bloqueado en su desarrollo en forma advertida o inadvertida, tanto por las universidades como por el sector público, por lo que hago énfasis en la necesidad de estrategias de capacitación y entrenamiento de los diversos profesionales del equipo interdisciplinario que se requieren para la atención de los adultos mayores: médicos, enfermeras, odontólogos, psicólogos, trabajadores sociales, economistas, abogados, políticos, arquitectos, filósofos, personal asistencial y técnico en ciencias sociales, humanistas y de la salud.
Para alcanzar los objetivos es fundamental una legislación apropiada al adulto mayor y un Plan Gerontológico, con coordinación intersectorial que puede ser corregido, aplicado y actualizado de acuerdo con la evolución individual y social en el ámbito estatal y federal.
AUTO CUIDADO Y PROMOCIÓN DE LA SALUD
En agosto de 1983, en Copenhague, Dinamarca, tuve el honor de asistir a una reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en donde 40 representantes de sus respectivos países firmamos un documento donde nos comprometimos a divulgar el autocuidado como la alternativa de mayor éxito para alcanzar la meta de salud para todos en el año 2000. A partir de esa fecha, me he dedicado, con ahínco, a preparar materiales (Manual de autocuidado y salud en el envejecimiento 1985), impartir cursos, seminarios, publicación de artículos, difusión y estrategias tendientes a lograr la meta de salud, longevidad y calidad de vida.
El principal objetivo del autocuidado es insistir en la necesidad de que se entienda la responsabilidad de participar en la atención de la propia salud y borrar el perjuicio negativo de que la salud es un bien que puede ser comprado, es consecuencia del destino o de la suerte.
Cuando de salud se trata, uno es el más indicado porque es el dueño del propio organismo. Con un poco de práctica se puede aprender técnicas que ayuden averiguar lo que se considera normal y anormal. Se puede cambiar la experiencia con estos conocimientos para tratar algunos problemas de salud menores y reconocer cuales son los que requieren de asistencia de un profesional de la salud. El autocuidado mucho puede hacer en el campo de la prevención y el tratamiento. Las personas son un recurso de salud que no ha sido utilizado debidamente por la falta de comunicación de los doctores en educación para la salud.
Autocuidado es asumir la responsabilidad de la propia salud, es adoptar estilos de vida saludable y hábitos de buena salud, nutricionales, de ejercicio y relajación, así como el uso apropiado de suplementos nutricionales con apoyo de la familia y de la comunidad.
La mejor definición de autocuidado es "todas aquellas acciones y decisiones que los individuos toman para prevenir, diagnosticar y controlar su propia salud, todas aquellas acciones dirigidas a mantenerla y mejorarla y las decisiones para utilizar y participar en los sistemas y servicios de salud tanto oficiales como privadas".
Es de suma importancia reconocer que prevenir es mejor que curar, más barato, no causa sufrimiento y evita la hospitalización prolongada, al mismo tiempo que favorece la integración familiar y hace a los adultos mayores felices, útiles e independientes.
El gobierno y las organizaciones de la sociedad civil deben reconocer que la población que participa en su salud, disminuye sus necesidades de institucionalización con lo que logrará un ahorro en los gastos de: prestación de servicios, creación de infraestructura y compra de equipo cada vez más costoso.
La mayor contribución del autocuidado es promover una corriente de responsabilidad de los individuos y sus familias de participar activamente en su salud y responsabilidad del gobierno y de los profesionales de la salud de convertirse en educadores de la salud para la comunidad.
LA MEDICINA ANTI-ENVEJECIMIENTO
Estamos ante el inicio de esta nueva corriente médica: una nueva tendencia futurista que se está desarrollando como consecuencia de los grandes avances de la investigación biológica sobre todo en lo que respecta a la función genética y a la biología molecular.
Además, de los 7 millones de adultos mayores existen 40 millones de personas que actualmente se encuentran en la edad madura, que desean conservar su vitalidad y juventud, así como obtener una más larga vida; muchos de esos adultos, entre los treinta y sesenta años desean información precisa sobre procedimientos y productos anti-envejecimiento. Comparten el mismo objetivo: vivir una vida más larga y con mejor calidad; sin la vulnerabilidad, la enfermedad y el deterioro producido por la edad; desean llegar a los años dorados con vitalidad similar a la que se tenía en los años de la juventud.
La célula el secreto de la eterna juventud.
El cuerpo humano está compuesto por más de cien trillones de células que en su mayoría están en continuo desgaste, reparación y renovación. Estas células contienen en su núcleo el ácido desoxiribonucleico (DNA), en donde se encuentran los genes de nuestros organismos con las instrucciones grabadas del programa genético. A su vez, cada célula solicita a este DNA el mensaje que le permitirá realizar su función, regenerarse y morir. Por lo tanto, los científicos afirman que la conservación de un código genético inalterado es la clave para extender la calidad y la cantidad de vida.
El código genético está influenciado de un modo positivo o negativo por factores extrínsecos como el estrés, los estilos de vida, la contaminación, factores ambientales y principalmente por la nutrición. Mantener intacto este código implica la necesidad de considerar un plan integral anti¬envejecimiento que abarque todos los aspectos involucrados, en especial nuestra alimentación.
Existen en la actualidad muchas hormonas, productos sintéticos, vitaminas, aminoácidos, etc. con propiedades anti-envejecimiento que se encuentran en la mayoría de los casos a disposición del público y están siendo consumidos por un gran número de individuos. Es importante tener en mente que no existe un producto que por sí solo detenga el envejecimiento, sin embargo, el conocimiento científico se está duplicando cada tres años y medio y se estima que para el año 2010 se tendrán avances maravillosos para la humanidad.
Longevidad y anti-envejecimiento
Es posible elaborar medidas anti¬envejecimiento al alcance de la población y factible de ser proporcionado por los profesionales de la salud, cuando se comprenda que existen nutraceúticos, precursores hormonales, hormonas, alimentos anti¬envejecimiento, proteínas, aminoácidos, antioxidantes, ácidos grasos esenciales, productos farmacéuticos, que siempre deberán ser integrados a estilos de vida saludable, educación para la salud, autocuidado y atención geronto-geriátrica.
El objetivo de las acciones anti¬envejecimiento es:
1. Proteger el código genético, mantener el medio interno en equilibrio óptimo y evitar la oxidación producida por los radicales libres internos y de origen externo.
2. Eliminar la acumulación de productos de desecho y materias tóxicas provenientes del metabolismo y de los contaminantes del medio ambiente.
3. Estimular y fortalecer la producción y actividad de las hormonas elaboradas por el organismo.
4. Fortalecer y mantener el equilibrio de los neurotransmisores que participan en la función cerebral.
5. Mantener funcionando a niveles óptimos los principales sistemas y aparatos del cuerpo (circulatorio, digestivo, inmunitario).
6. Aumentar la capacidad de autocuración y autoreparación del organismo.
7. PROTEGER, NUTRIR, REPARAR y RENOVAR los 100 trillones de células de nuestro cuerpo.
El Instituto Mexicano de Estudios de Longevidad integra conocimientos de disciplinas académicas en las que se destaca bioquímica, fisiología, biología molecular, nutriología, endocrinología, inmunología, ecología, toxicología, dermatología, bioestética, homeopatía, farmacología y medicina botánica.
Los conceptos, protocolos y enfoques presentados en nuestros programas de educación médica, están validados por las investigaciones más recientes publicadas en la literatura sobre el envejecimiento, las ponencias presentadas en los congresos de Gerontología, Geriatría, Longevidad y Anti-envejecimiento, así mismo, se encuentran documentadas con una extensa gama de información disponible en Internet.
El mayor orgullo del IMEL, es estar al pendiente de todos los avances, para presentarlos en forma ordenada y concisa a los médicos mexicanos, a fin de que sin distraerse de sus ocupaciones actuales, puedan adquirir un enorme número de conocimientos y mantenerse actualizados en esta corriente médica, que está llamada a ser la especialidad del nuevo siglo, debido a la creciente demanda de productos y servicios, generados por una población en transición demográfica hacia la madurez y la vejez.



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lunes, 3 de octubre de 2011

El Doctor Gonzalez Aragón y la ONU

DECLARACIÓN DE LOS GERONTÓLOGOS DEL MUNDO
PARA LAS NACIONES UNIDAS EN LA DÉCADA DE LA ASAMBLEA MUNDIAL DEL ENVEJECIMIENTO
El Dr. Joaquín González Aragón tuvo un papel muy importante como representante oficial del gobierno mexicano y como representante de la sociedad científica de Geriatría y Gerontología en la Asamblea Mundial del Envejecimiento que tuvo lugar en Viena, Austria, 1982. El objetivo fue planificar las estrategias a seguir en todos los países para el estudio del envejecimiento y sus efectos en el mundo. En 1990 el doctor González Aragón en su calidad de Secretario General de la Asociación Internacional de Gerontología, órgano rector a nivel global de la gerontología y geriatría, fue comisionado para redactar un documento que estableciera la posición de la comunidad científica ante el problema gerontológico y lo presentara en el pleno de las Naciones Unidas como una Declaración de Principios. La labor fue ardua, se realizaron reuniones a nivel regional en América, Asia y Europa para establecer el formato y una vez que se delineó el documento inicial, fue circulado entre los países miembros constituyentes de la IAG quienes lo enriquecieron con sus observaciones y aportaciones hasta lograr consolidar un documento final aprobado por todos los países que reflejara el sentir y la opinión de la comunidad mundial. Este trabajo duró varios años de rigurosa revisión por los diferentes presidentes nacionales, regionales y el Comité Ejecutivo hasta lograr la versión final que fue presentada en Sesión Plenaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas con la asistencia de todos los países miembros en la sede de la ONU en Nueva York en 1992. El mérito de este gran trabajo es del Dr. González Aragón quien coordinó una tarea titánica gracias a su dominio en el idioma inglés para esta declaración que ha servido de base para las actuales políticas sanitarias y sociales de los programas para los adultos mayores en México y en el mundo. La Declaración en su versión original se presenta enseguida:   
WE, THE GERONTOLOGISTS OF THE WORLD
DECLARE THAT:
The International Association of Gerontology (IAG) was founded early in 1950 as a multidisciplinary organization, representing a diversity of scientific disciplines including the biological, clinical, behavioral and social sciences concerned with aging and the health and well-being of the elderly. The primary purpose of the IAG is to improve the communication and exchange of views within and across those disciplines, and between the scholars and scientists of all nations.
Recognizing that:
The initial stimulus for the formation of the IAG was the curiosity among scientists from different scientific disciplines and different countries of the world would accelerate the progress in research leading to a better understanding of the basic mechanisms of aging. At that time, aging, at least in humans, was regarded as a disease that is universally fatal.
It was soon recognized, that aging was an universal biological phenomenon that ultimately affected all living organisms. The recognition that aging was a "normal" part of the life span and not a disease in itself had a most profound impact on aging research and basic physiological processes that governed the rates on aging even in the human species were regarded as universal. There was a full recognition that behavioral; socioeconomic and environmental factors did have an impact on longevity and health status. Indeed, it became clear that social orders or systems were developed in response to the rapid increase of the number of elderly in the world's population who addressed their specific needs within their societies In regard, the IAG has provided a unique international forum in which these different social and environmental characteristics have been explored.
Taking into consideration:
The four main purposes are:
1.- To promote gerontological research in the biological, medical, behavioral, and social fields (social psychological fields) by member organizations and to promote cooperation among these organizations.
2.- To promote training of highly qualified personnel in the fields of aging.
3.- To promote the interest of the gerontological organizations in all questions pertaining to international matters.
4.- To promote and assist in the arrangements for holding the International Congress of Gerontology in intervals determined by the council.
Members of the IAG are convinced that the problems of aging can be best addressed by scientific studies of the basic physiological, clinical and behavioral mechanims of aging. To them, the critical question is how to minimize the disabilities now associated with advancing age through a better understanding of the processes which are involved and by the potential interventions predicated thereon. This is the scientific approach envisaged by the founders of the IAG.
Some members believe that the IAG should direct its energies toward increasing awareness of member nations to the social, economic, political, and medical problems that result from the increasing proportion of older individuals within a society. In their eyes, the problems of aging are more apt to be solved by political actions than by scientific studies. In the intervening years it is therefore not surprising that the IAG devoted a substantial part of its program to support various political actions to meet the problems of the aged. Good examples are documents and reports the IAG prepared to support the aging program sponsored by the United Nations, for the 1982 World Assembly on Aging held in Vienna. At the same time we must stress that the main task of the IAG is to promote scientific work all over the world for the benefit of the aging population.
Affirm our intention that:
A).- For the future of gerontology, the IAG will maintain its integrity as a scientific organization with a primary interest in developing information that will lead to valid concepts about the basic mechanisms of aging. This approach namely, the application of science and scientific methodology has been successful in the past for solving problems associated with the health of humans, and we have every reason to believe that it will be successful in the future. Thus, gerontology and geriatrics must be firmly based on science in they want to have an effective impact on the multiple problems of aging.
B).- IAG will retain its role of providing a forum for the presentation and discussion of the problems of aging from many viewpoints. The discussion, however, must be based on facts rather than opinions, beliefs, and hopes. The focus of the attention must be on the processes of aging.
C).- IAG, as an international organization will continue to be aware of the influence of social and cultural differences in establishing priorities and approaches to the problems of aging in different countries. The language of science hold the key to the future of the IAG.
In order to establish this, gerontology must present a scientific challenge to the developing generation of scientists in all countries. By emphasizing its role as a dedicated scientific organization, the IAG can materially contribute to its world wide development.
D).- The IAG will continue to take its place with other international scientific organizations that are recognized for their contributions to science rather than for their participation in political struggles within and between nations.
This is not to say that these political issues are unimportant. They are, but other international organizations, such as the World Health Organization, provide an arena for dealing with problems through political actions. The IAG will have a much greater impact in the decisions of these political bodies if it continues to do what it does best, namely, SCIENCE.

Este documento es una constancia del trabajo de cuatro años (1989 – 1993) del Dr. González Aragón como coordinador del movimiento científico de la gerontología y geriatría a nivel mundial. 

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lunes, 15 de agosto de 2011

Publicaciones Históricas Médico Moderno 1980


En el año de 1980 la prestigiada revista "MÉDICO MODERNO" , público un  número completo con todos los artículos escritos por el doctor. Este número tuvo un impacto impresionante en todos en el ámbito del Sector Salud que desperto el interés por el tema del envejecimiento y cuyos resultados ahora son palpables con el establecimiento de servicios gerontolócios y geriátricos. El Dr. González Aragón fue el pionero con un puñado de médicos  de las corrientes gerontolócas lea estos artículos históricos.
 
GERIATRÍA
El constante incremento de la proporción de ancianos que viven en el mundo ha contribuido a jerarquizar en forma acelerada la relativamente joven especialidad que comprende la atención integral de la vejez.
A partir de la toma de conciencia sobre la necesidad de mantener una participación social de aquellos que han sobrepasado la madurez, la mera prolongación de la vida dejó de ser un objetivo fundamental.. De tal modo, el tratamiento de los problemas médicos, psicológicos, sociales, económicos, culturales y laborales de los viejos incide hoy positivamente en la extensión del periodo activo de la vida del hombre.
México, por su parte, con una población de aproximadamente 4.5 millones de personas que han superado los 65 años de edad, asiste ya al despegue de la Geriatría y Gerontología en su propio territorio. Por ello, Médico Moderno ha creído importante sumar su esfuerzo a la difusión y actualización de una serie de conceptos sobre distintos aspectos de la especialidad, que seguramente encontrará su principal destinatario en el médico clínico.



LOS COMPLEJOS MECANISMOS DEL ENVEJECIMIENTO
El envejecimiento es un proceso que se encuentra ligado de manera absolutamente indisoluble al ciclo vital de todo ser viviente. Lansing lo define como "un proceso de alteraciones progresivas y   desfavorables,   corrientemente en relación con el paso del tiempo, y que se hace aparente después de la madurez, terminando invariablemente con la muerte del individuo".
En su ciclo biológico todos los seres vivientes atraviesan por etapas evolutivas e involutivas, y el proceso de envejecimiento está involucrado en estas últimas.
Es necesario distinguir el envejecimiento llamado fisiológico del que se va acentuando y agravando por fenómenos nosológicos intercurrentes, y aquí es de interés señalar que, cronológicamente, no coinciden la involución orgánica y la mental. Aquélla es más acelerada que ésta, y tal circunstancia le puede brindar a la vida del anciano un nuevo horizonte, como es el de volcar su experiencia en las nuevas generaciones. Siempre hay que recordar que los pueblos que se dan el lujo de derrochar la experiencia de sus mayores corren el riesgo de no aprovechar la energía de su juventud.
Actualmente existen diversas teorías que tratan de interpretar el proceso de envejecimiento, aunque la mayor parte de ellas carece del más mínimo fundamento científico. Las hipótesis modernas más aceptadas en estos momentos se basan en probables fenómenos de mutaciones somáticas, y las investigaciones están encaminadas a encontrar alteraciones constantes, o por lo menos frecuentes, en el anciano.
Entre las teorías con mayores probabilidades de certeza hay que mencionar la de H. Von Hahn, quien sostiene que el asiento de las mutaciones está en el ácido desoxirribonucleico. Según este autor los cambios en el DNR se deben a mutaciones somáticas que podrían ponerse en evidencia a través de cambios en su composición física y química. Powell y Levin, de su lado, afirman que con el devenir de los años se producen alteraciones morfológicas en las células, tales como irregularidades de los núcleos que modifican su tamaño y propiedades tintoriales, vacuoilización de las mitocondrias y acumulación de lipofuscina en el hígado, corazón y sistema nervioso.
La Biología molecular ha puesto en evidencia que la mitocondria es la central energética de la célula y el asiento de la fosforilación oxidativa, proceso fundamental éste en la producción de energía vital. Se ha demostrado también que los ácidos nucleídos son producidos por los cromosomas y que las enzimas y proteínas son fabricadas en los ribosomas.
La relación de los factores sociales en el envejecimiento
La problemática que permanentemente acosa al anciano es compleja, debido a que, por lo general se superponen en su génesis factores económicos, sociales, laborales, vocacionales y también psíquicos. En forma breve repasaremos cada uno de ellos.
Desde el punto de vista económico, las tribulaciones surgen fundamentalmente en razón de que las jubilaciones y pensiones son excesivamente magras, hecho acentuado en nuestros días por el problema creciente de la inflación. Por otra parte, la jubilación se impone en forma compulsiva y de allí derivan problemas laborales y vocacionales. No hay que olvidar que entre nosotros, la única jubilación que el trabajador puede disfrutar es, prácticamente, la que otorga el. Instituto Mexicano del Seguro Social, que se obtiene con un 70 por ciento del salario, una vez que se han cumplido 25 años de aportar al IMSS y se tiene 65 años de edad como mínimo.
También suele ocurrir que el déficit actual de viviendas induce a que el anciano sea erradicado de su hogar para dejar lugar a las generaciones más jóvenes. Este cúmulo de circunstancias trae aparejada, además, la pérdida de la posición social. Todo esto contribuye a configurar un cuadro de abandono y marginación que deprime psíquicamente al anciano, le hace perder su autoestima y las motivaciones para seguir viviendo y lo convierte en un inadaptado social.
La solución a este panorama desolador no es simple, ya que exige que la sociedad cree condiciones tales que aseguren que el anciano conserve su lugar en el hogar, en la familia, en el trabajo y en el medio social en que se desenvolvió durante toda su vida. Se comprende que nos estamos refiriendo al anciano sin deterioro mental o físico pronunciado. Para llevar a la práctica estas premisas debería formularse una legislación protectora de la vejez que observe al menos los siguientes aspectos:
a) Retribución de jubilación en relación con el cargo alcanzado durante el periodo activo, sin topes fijos.
b) Vivienda digna.
c) Atención médica oportuna y adecuada que contemple la prevención, el tratamiento y la rehabilitación.
d) Integración social con empleo útil del tiempo.
e) Ayuda en su vida doméstica.
Tratamiento integral del anciano
Es importante señalar que no existen curas milagrosas ni elixires de la juventud. Conviene recordar este concepto, que tal vez parezca demasiado elemental, porque cuando el médico debe tratar a un paciente viejo generalmente se ubica en uno de estos dos polos opuestos: el del nihilismo terapéutico fatalista o del optimismo exagerado, sin sustentación científica. El profesional ha de saberse ubicar en el justo término medio.
Como ocurre en todos los órdenes de la Medicina, el paciente geriátrico obtendrá beneficios mayores cuanto más precoz-mente se estabilicen las pautas terapéuticas adecuadas al caso, y ellas dependerán en buena medida de un diagnóstico correcto y oportuno.
Las pautas terapéuticas generales se pueden sintetizar en un concepto que es menester tener siempre en cuenta: a la pluripatología del anciano no se debe responder con una plurifarmacia. Otro de los principios básicos, no menos importante que el anterior, es que deberán utilizarse en todas las ocasiones las mínimas dosis útiles de los medicamentos, pues no debe olvidarse que en el anciano están modificados la absorción, la distribución, el metabolismo, la eliminación y la tolerancia de los mismos.
Otro hecho importante que es menester recordar es que la medicación vasodilatadora y la hipolipemizante no constituyen la terapia ritual de la vejez, y sí tienen indicaciones precisas que es necesario respetar.
Resumiendo, se debe indicar un tratamiento sustentado sobre bases etiológicas y fisiopatológicas, asociado a una adecuada medicación de base. 
Las alteraciones seniles
Los dos grandes factores que determinan la duración de la vida son la herencia y el ambiente, considerado éste en un sentido amplio. El papel de la herencia, que es un hecho de observación corriente, está avalado por estudios estadísticos efectuados en grandes masas de población. Se lo ha determinado investigando la duración de la vida de los padres y abuelos de los longevos, e, inversamente, valorando la duración de la vida en los descendientes de longevos. Incluso se han llegado a establecer algunas fórmulas para predecir la esperanza de vida. Así, Richardson divide por seis la suma de las edades de muerte de ambos progenitores y de los cuatro abuelos de un individuo dado; este cociente será el número de años que se espera pueda vivir el sujeto. Pero hay que señalar que el papel del padre y de la madre en la longevidad de sus descendientes no asume igual importancia. En estudios efectuados sobre familias suecas y danesas, se comprobó que la longevidad media (esperanza de vida al nacer) era mayor en tanto la duración de la vida de la madre era más prolongada, siendo menos evidente la in-fluencia de la longevidad paterna.
El estudio de senescencia en los gemelos monocigóticos ha confirmado la importancia de la herencia en el determinismo de los fenómenos de envejecimiento. Vogt, por ejemplo, analizó en 1940 diecinueve pares de gemelos univitelinos de edades entre 51 y 81 años, encontrando que los signos de senescencia aparecen al mismo tiempo y con una similitud llamativa en ambos integrantes del par.
Modificaciones más importantes del envejecimiento. Con el envejecer se producen cambios patológicos en el organismo. Las modificaciones son en esencia universales y decrecientes, e inherentes a la estructura y función del organismo senil. El anciano manifiesta una capacidad limitada progresiva para responder al stress y una acumulación de procesos patológicos específicos. Ambos factores provocan un incremento logarítmico de la probabilidad de muerte.
Existe una pérdida gradual de células en los órganos y tejidos calculada en un 30 por ciento, pero la pérdida de la masa celular es menor porque las células restantes se hipertrofian. La disminución de las células metabólicamente activas es paralela a la disminución de las proteínas corporales y al agua intracelular. El agua extracelular y el volumen plasmático permanecen constantes, y la masa celular reducida es reemplazada por grasa.
Se han comprobado los siguientes hechos relacionados con los cambios patológicos del envejecimiento: a) en general hay una disminución basal en el consumo de oxígeno debido a la reducción del número de células funcionales y a que la actividad metabólica de las células residuales es normal. En algunos órganos es probable que el menor consumo de oxígeno se deba a una disminución de la reserva funcional; b) las exigencias circulatorias se encuentran disminuidas, además de la disminución de la fijación del oxígeno. La menor perfusión regional puede obedecer a la disminución de la masa celular y de la de manda nutricional; c) otros sistemas muestran una mayor eficacia funcional a pesar de mantenerse intactos, como ocurre con el retardo del tiempo de conducción neuronal; d) los sistemas fisiológicos como acomodación del cristalino (que se pierde totalmente después de la quinta década) y la ovulación (que no existe después del climaterio) representan una pérdida funcional absoluta, y, e) puede haber un incremento de algunas funciones, como la producción de hormonas gonadotróficas durante el climaterio.
Problemas fundamentales del medio interno.  Hay que destacar la importancia de la pérdida de  plasma  en   los   viejos.   Las causas más comunes de tal eventualidad en los ancianos son la enterocolitis infecciosa, escaras extensas y quemaduras. El envejecimiento afecta   desfavorablemente la respuesta a la pérdida  de sangre; las hemorragias masivas producen una mayor mortalidad y las causas más comunes son la hernia hiatal, úlcera gastroduodenal, várices esfágicas y la diverticulitis.
Todos estos factores  pueden originar también pérdidas crónicas y hay que mencionar, además, los tumores gastrointestinales y urogenitales.            
Las alteraciones aisladas del balance hídrico son excepcionales. La sobrehidratación por excesiva ingestión de agua ocurre en los que sufren severa confusión mental, pero en general el  viejo tiende a restringir el líquido.
La retención de sodio y agua es mucho más común y se observa  en   la   insuficiencia   cardiaca  congestiva,  hipoproteinemia, presión venosa aumentada, aldosteronismo, síndrome de Cushing,  cirrosis hepática, nefropatías primarias, y por iatrogenia debida a corticoides, andrógenos, estrógenos y esteroides anabólicos.
La depleción primaria de sodio es rara, ya que habitualmente se acompaña de pérdida simultánea de agua, pero puede ser inducida iatrogénicamente cuando se tratan esas depleciones combinadas con grandes cantidades de agua sin sodio. El nivel normal de sodio plasmático en el viejo es de ± 2 mEq. por litro.
La depleción de potasio es extremadamente común, sobre todo por una dieta inadecuada, diarrea, neoplasia gastrointestinal, vómitos, pielonefritis crónica y diuréticos. La hipopotasemia aguda se presenta durante el tratamiento del coma diabético y cuando se tratan anemias severas megaloblásticas o por deficiencia de hierro; en estos casos obedece a la migración del potasio al interior de la célula. La intoxicación potásica es rara, pero se la ve en la insuficiencia renal aguda.
La cifra normal de potasio es de 3,5 a 5,1 mEq/litro. En la recuperación de la acidosis diabética puede presentarse hipomagnesiemia, como también en el síndrome de malabsorción, ante altas dosis de calcio y vitamina D, en las metástasis óseas secundarias, en las tirotoxicosis y en la cirrosis hepática.
El shock difiere en el viejo del que puede presentarse en el joven, por su insidiosidad y dificultad en el tratamiento. El shock hipovolémico se debe casi siempre a pérdida de sangre, plasma o agua. Produce al principio hipotensión postural, luego hipotensión y vasoconstricción periférica; disminuyen la presión venosa central y la diuresis.
El shock cardiogénico, por insuficiencia cardiaca aguda o infarto de miocardio, eleva la presión venosa central; y el shock bacteriémico da una mezcla de los síntomas de los anteriores. La insuficiencia circulatoria periférica aparece como manifestación tardía, indicando mal pronóstico, en los diversos tipos de shock.
El tratamiento del shock, en general, depende de la identificación de los factores causales y de la medida de la presión venosa central.
Problemas  del   reposo absoluto
Una actividad cotidiana física y mental, adaptada a cada caso en particular, es necesaria para mantener un buen estado de salud. El reposo absoluto lleva a una verdadera enfermedad de inmovilización que añade sus efectos a aquellos de la afección inicial. Con algunos días de re-poso completo, en cama, se pierde la tonicidad normal, la fuerza disminuye, la coordinación de los movimientos se hace menos eficaz, se pierde el sentido del equilibrio. Aparece incontinencia urinaria, se exagera la constipación, se acelera la descalcificación ósea y se acentúan los dolores osteomusculares. A ello se suman las infecciones respiratorias por estasis pulmonar, trombosis venosas y escaras de decúbito.
La falta de una actividad regular favorece la desarmonización y las manifestaciones depresivas. Por todo eso es necesario lograr que los ancianos ejerciten sus facultades.
Complejos procesos neurológicos
El tejido nervioso empieza a envejecer generalmente después de los 65 años de edad, si bien la lucidez mental puede conservarse durante más largos periodos. Las alteraciones orgánicas se caracterizan, desde el punto de vista macroscópico, por la atrofia de las circunvoluciones y el ensanchamiento de los surcos cerebrales, lo que es más manifiesto en los polos frontales y temporales. Tiene lugar una reducción de la sustancia blanca del centro oval, una dilatación de los ventrículos cerebrales y una reducción en el peso del cerebro, más intensa cuando se desarrolla una demencia senil.
Se considera que las alteraciones seniles no representan únicamente el resultado de la edad, sino que también se agregan a ellas las variaciones patológicas de las funciones cerebrales de las porciones terminales de los órganos de los sentidos y de los nervios periféricos.
El paciente de avanzada edad, con una reducida flexibilidad psíquica, con cataratas seniles, audición disminuida y degeneraciones en las terminaciones nerviosas cutáneas que alteran la función táctil, puede complicarse más aún cuando es medicado con sedantes.
Desde el punto de vista motor se reconocen en el paciente senil las apraxias, las alteraciones del tono y el temblor senil. La apraxia puede asociarse en el anciano con trastornos del equilibrio y también con la así llamada "ataxia frontal" de Bruns que es, en realidad, una apraxia de la marcha en la que se altera la progresión de los movimientos.
La arterioesclerosis sobre el sistema nervioso
Algunas afecciones vasculares se reconocen con frecuencia en la senectud cerebral. Tales son las arterioesclerosis, la hialinosis, la angiopatía coronaria y la angiopatía disórica. La arterioesclerosis de los vasos de la base es bastante frecuente y progresa con la edad. Entre los 50 y 55 años se reconoce en el 25 por ciento de los casos, frecuencia que pasa a un 79 por ciento en los cerebros de personas de 86 a 91 años de edad. En cuanto a la hialinosis arteriolar, representa un proceso frecuentemente vinculado a la hipertensión arterial que se puede reconocer en los cerebros de individuos jóvenes, pero puede comprobarse también en seniles en los que no se reconocieron signos clínicos ni anatómicos de arterioesclerosis.
Uno de los más interesantes problemas planteados por la arterioesclerosis del sistema nervioso central es la que se refiere a la existencia de las formas desmielinizantes y a su predilección por las regiones subcorticales del cerebro.
Este proceso comienza alrededor de los 50 años con trastornos progresivos de la memoria que conducen a un profundo déficit intelectual. Se altera la palabra, tornándose monótona, monosilábica y a menudo disártrica.
Las alteraciones psíquicas que pueden aparecer, en cualquier periodo de esta enfermedad, se caracterizan por inestabilidad emocional, risa y llanto espasmódicos, agravamiento progresivo y terminación demencial. Son enfermedades de evolución, lentamente progresivas, pudiendo durar años o terminar en la muerte a los pocos días de iniciadas.
 
ORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS GERIÁTRICOS
La organización de los servicios de apoyo a los ancianos debe tener como objetivo fundamental el tratar de conservar a los viejos el mayor tiempo posible en sus hogares, al lado de sus familiares; fomentar su autosuficiencia e independencia y estimular su participación en el desarrollo económico y social de la comunidad.
La atención geriátrica y el cui­dado de los ancianos han dejado de ser un asunto de caridad para convertirse en un derecho social. Las personas mayores de edad ' son miembros plenos de la so­ciedad y tienen el derecho de elegir libremente la forma en que han de vivir, ya sea de manera autosuficiente e indepen­diente en todos los aspectos, o recibiendo el apoyo necesario para satisfacer sus necesidades de atención médico-social.
Grupos de apoyo
a)  Oficiales
Es deseable que los servicios institucionales médico-asistenciales (S.S.A., I.M.S.S., I.S.S.S.T.E., etc.) difundan los conocimientos de la Geriatría entre todo el personal médico y paramédico con el propósito de ofrecer una medicina especializada en el nivel primario de la atención (Medico   general, Médico familiar, Asistente social y de Enfermería). Es también recomendable crear, en el nivel secundario de la atención, servicios de Geriatría dentro de los hospitales generales ya existentes. Esta alternativa, apoyada con un servicio de rehabilitación para ancianos, ayudaría a descargar los otros servicios hospitalarios.
El paso subsecuente, en la organización de los servicios médicos para ancianos es la creación de hospitales geriátricos. Estos deberán estar preferentemente ubicados cerca de los asilos o residencias para personas mayores.
b) Voluntarios no oficiales
Entre aquellos que por propia iniciativa deciden organizarse individual o colectivamente para brindar ayuda a los viejos existe un potencial de lo más apreciable. Paralelo a estos grupos voluntarios hay organismos nacionales, internacionales, locales, etc., cuya importancia radica en que pueden complementar los servicios médico-sociales existentes. Sin embargo, en éste como en otros casos, la buena voluntad no es suficiente; hace falta la organización. Por ello es que el problema del voluntariado en nuestro país es precisamente su desorganización y falta de coordinación, elementos que impiden su efectividad. Los grupos voluntarios, coordinados por personas capacitadas e interesadas en el viejo, prometen ser la so-lución más viable para el apoyo a los ancianos dentro de un ambiente familiar y social adecuados.
c) Privados no oficiales
La iniciativa privada, particularmente el médico privado que brinda atención a viejos, tiene la obligación moral de mejorar la calidad de ésta con enfoques adecuados, conocimiento de las necesidades de los ancianos en el contexto social en que viven, actualizando permanentemente sus conocimientos en Gerontología y Geriatría.
d)  Informales
Este grupo está constituido por la familia, los vecinos, los amigos y toda la comunidad.
1.       La familia debe aceptar y asumir su responsabilidad intrínseca de velar por las necesidades de sus viejos y mantener una actitud social frente a los problemas de la vejez.
2.       Los vecinos y la comunidad no deben pasar inadvertido a un viejo, con o sin familia, que tiene problemas. La comunidad local es, después de la familia, el apoyo informal más importante, dado que ésta conoce al viejo que ha vivido y colaborado con ella.
e) El viejo como individuo
Todo individuo tiene la responsabilidad de prever, en una etapa temprana de la vida, sus necesidades sociales y médico-económicas para la vejez. Siendo viejos es necesario aceptar las oportunidades y los estímulos que ofrece la sociedad; tratar de seguir siendo parte de ella; colaborar en el desarrollo; disfrutar de sus derechos y cumplir con sus deberes y obligaciones como parte integrante de la comunidad.
La salud mental es uno de los aspectos que más preocupan en el contexto gerontológico. Al aumentar la esperanza de vida sobreviene un incremento en el deterioro mental. El rápido aumento de ancianos enfermos mentales, favorecido por el deterioro de las condiciones en su cuidado general en el seno de la comunidad y por los servicios médicos, obligan a la mayor divulgación y extensión de los servicios de salud.

Servicios de salud para el paciente geriátrico
1) Nivel primario de la, atención. El médico general, familiar y el personal paramédico de todos los servicios médicos existentes, deben contar con la suficiente preparación en Geriatría, como parte de su propia educación profesional. Los conocimientos geriátricos son imprescindibles para realizar un manejo médico social adecuado a los pacientes viejos, conservarlos sanos, minimizar su cronicidad y evitar la invalidez. Su ingreso a las instituciones sólo debe contemplarse como la última alternativa.
2) Nivel secundario de la atención. Este nivel está integrado por especialistas en Geriatría, médicos debidamente capacitados o residentes de la especialidad que atienden consulta externa, servicios de Geriatría, unidades y hospitales geriátricos que proporcionan el manejo integral al paciente sirviendo de organismo coordinador entre los servicios especializados, el nivel primario, la familia, la comunidad, la investigación biológica y clínica, el grupo voluntario y el asistencial oficial en todo lo relacionado con la vejez y el envejecimiento, la salud, la independencia, la autosuficiencia del viejo y el anciano.
Los servicios geriátricos ideales deberán reunir ciertas características para cumplir con su función, seguir los lineamientos del modelo elaborado con base en los servicios geriátricos existentes que se mencionan en la bibliografía y adaptados por el autor de acuerdo con las características de los servicios médicos en México. Este modelo puede ser corregido y mejorado para integrar las condiciones ideales de servicios de salud geriátricos.
Unidad de Geriatría
La Unidad de Geriatría es un servicio médico asistencial dedicado a la prestación de servicios de salud a personas mayores de 60 años y sus funciones abarcan: "tratamiento integral", preventivo, manejo y rehabilitación.
La unidad geriátrica puede ser independiente: estar incluida dentro de un hospital o conectada con medios hospitalarios y especializados en otras ramas de la Medicina, así como con servicios de apoyos oficiales, semioficiales, voluntarios y privados.
Debe contar con los siguientes departamentos:
1)  Departamento médico.
2) Departamento social, interrelacionado a su vez con el
3) Departamento de Psicología.
4) Departamento de Rehabilitación (que puede ser parte de la unidad o bien tratarse de los existentes en el hospital de que dependa la unidad).
Departamento médico. a) Consulta de Geriatría. Su función es eminentemente clínica y su objetivo es el adecuado manejo de las condiciones patológicas, tratando de evitar cronicidad y conservar la función.
La consulta geriátrica puede derivar un paciente hacia: consulta por especialidades (Cardiología, Neumología, etc.); servicio de Geriatría cuando necesita internamiento para solucionar su problema; hospital geriátrico, cuando existe la necesidad de internación por razones de una prolongada estancia, cronicidad irrecuperable o invalidez permanente; hospital de día, en los casos que pueden acudir a su domicilio a dormir y necesiten volver al hospital durante la jornada para su manejo médico, nutrición, terapia de rehabilitación u ocupación en aquellos enfermos que no deben ocupar una cama hospitalaria, u hospital psicogeriátrico, cuando exista un deterioro mental avanzado.
b) Medicina Preventiva. Aquí se orienta a aquellos que se encuentran en la presenilidad (45 a 60 años) con el propósito de una mejor conservación de la salud a través de: controles periódicos, orientación nutricional, orientación higiénica (Gerohigiene), con respecto a régimen de vida, ejercicios, reposo, accidentes de trabajo, riesgos profesionales, etc.
El Departamento Social consta de: a) Asistencia Social. Esta es una pieza fundamental, ya que para ninguna otra especialidad es tan importante la conexión de los factores socioeconómicos en relación con la salud.
El paciente que llega a la Unidad de Geriatría pasa por los departamentos Médico y Social, así como de Rehabilitación y Psicología. Todos tienen como finalidad reintegrarlo a su hogar, tratando de conservarlo el mayor tiempo en condiciones de autosuficiencia e independencia.
Las alternativas del viejo son volver sano; enfermo, para ser atendido, además, por la familia o la comunidad o por ambas, si cuenta con colaboración. En caso de no poder contar con su familia, ni con apoyo, deberá ser atendido por los servicios de atención domiciliaria y de hospital de día o de otro modo ser canalizado a total institucionalización (hospital geriátrico, residencia o asilo) por ser plenamente dependiente.
Hospital de día. Este constituye una de las opciones más utilizadas por los países desarrollados.
Sus fines son: complementar la rehabilitación lograda en la unidad geriátrica u otro servicio de salud; reeducar para las actividades de la vida diaria con el fin de que logre suficiencia y que pueda valerse por sí mismo.


ANÁLISIS COMPARATIVO DE MÉXICO Y AMÉRICA LATINA
A través del análisis estadístico se pone de manifiesto la necesidad de participación de los profesionales en ciencias del envejecimiento que estudien, conozcan y valoren la vejez en toda su magnitud, con todas sus consecuencias y alcances dentro del desarrollo económico, político, médico y social.
 Perspectivas demográficas  a nivel   mundial
Para el género humano, el siglo XX ha significado un aumento circunstancial de la población y un incremento en la proporción de personas mayores de 60 años; esto como consecuencia de la disminución de las tasas de natalidad y mortalidad, fenómeno que se registra especialmente en los países más des-arrollados.
En 1950, el número de viejos era de 190 millones en todo el mundo y en 1970, de 290 millones. Se calcula que en 1985 llegará a 405 millones y para el año 2000 alcanzará los 585 millones (un aumento del 450% en los últimos 50 años).
En los países en desarrollo el número relativo de ancianos y su porcentaje no muestran un incremento significativo debido a la alta tasa de natalidad que enmascara el aumento en el número absoluto de viejos. Tomando en consideración esto último, el consenso de los expertos estima que lo que realmente importa no es el porcentaje de viejos en una población, sino el número absoluto y relativo de la población en fase de envejecimiento. Esta tendencia se acentuará en la mayoría de los países en desarrollo, sobre todo si lo-gran abatir sus tasas de natalidad y mortalidad y continúa mejorándose la condición sanitaria.
Población mundial
El aumento de personas mayores de 60 años: de 291 millones en 1970, a 585 en el año 2000, que significa un incremento de casi el 100%, en tanto que la población mundial pasará de 3,600 a 6,500 millones (un aumento del 80%). Por su parte, el porcentaje en la población total, que era de 8%, aumentará a 9%. En los países desarrollados se registró un total de 1,090 millones de ancianos en 1970 y se estima que para el año 2000 éstos habrán de sumar 1,453 millones, pasando los, viejos del 14.1 al 16.0%. En las naciones menos desarrolladas (aumento de 2,541 a 5,040 millones) los mayores de 60 años aumentarán en una proporción de 137 a 353: esto es del 5.4% al 7.0% de su población. En México, con un total de 2.7 millones de viejos en 1970 (5.4%), las perspectivas indican que para el año 2000 habrá 6.7 millones (6%) de personas mayores de 60 años.

En 1970, América Latina registró un total de 363 millones de habitantes y se calcula que para el año 2000 pasará a 583 millones, lo que significa que sus mayores de 60 años, pasarán de 16.4 millones a 41.5 millones en el 2000. Con respecto a la población total pasarán de 5.1 a 7.3%.
Aumento porcentual de vejez
Se puede observar que para los países desarrollados el aumento de la población total será del 33% en tanto que los viejos aumentarán en un 50%. En los países en desarrollo la población total crecerá en un 98% y los mayores de 60 años aumentarán 158%. En el caso de México, en particular, el incremento de la población total será de 106% y de los viejos de un 142%. Para América Latina, la población aumentará un 95% y los viejos mayores de 60 años, un 151%.
Comparación entre mayores de 60 y 70 años
La gráfica siguiente muestra la proporción de mayores de 60
años en relación con mayores de 70 años.
Población mayor de 60 años Desglosado el aumento en nú-meros y porcentajes de la po-blación total en el grupo de ma-yores de 60 años para 1970 y 2000 (debido a que la fuente es distinta hay que considerarla como una variante promedio), se puede observar cómo en Áfri¬ca, América Latina y sur de Asia el aumento es del 151%; en Asia oriental, del 100 %; en la URSS, del 93%; en Oceanía, 74 %; en los EUA, 37%, y en Europa del 30%.
Expectativas en Latinoamérica
Analizando las expectativas de población total y de mayores de 60 años en América Latina, de 1980 al año 2000, se puede notar que, prácticamente con muy pocas excepciones, se duplicó la población y cantidad de viejos (con excepción de Uruguay, Chile, Cuba, Haití y Argentina). En promedio, los in-crementos son del 140%. Los países que más incremento tendrán en el futuro son Colombia, Brasil, Venezuela y Honduras. La población total aumentará de 290 a 584 millones y los viejos de 16.4 a 41.5 millones.
Población mayor de 45 años
Si se estudia someramente la población de 45 o más años —ya que ello es determinante para la formulación de planes, programas y directrices—, se aprecia que a este grupo se le discrimina cada vez más en lo que respecta a su inclusión dentro de la fuerza de trabajo. Desde el punto de vista médico, se dice con énfasis que los 45 años son la edad en la cual se debe remarcar la preparación a la vejez (que debe ser a través de toda la vida) y la aplicación de los principios de Medicina Preventiva de los problemas patológicos de la vejez. El total mundial de 713 millones pasará a 1,389 millones en el año 2000. Los países desarrollados, de 322 a 469 millones, y los en desarrollo, de 390 a 920 millones. México, de 6.5 a 13.7 millones.
Los países  desarrollados observarán un aumento del 30 al 35% de la población total y los países en desarrollo del 13 al 18% (América Latina, del 14 al 20%).
Expectativas de vida y tasas de mortalidad bruta por regiones
La disminución en la mortalidad y natalidad han originado un aumento en el número de viejos. La expectativa promedio de vida en 1960, en el mundo fue de 53 años; para 1970, de 55 años; para 1980 es de 64 años (en México, en 1974, fue de 64.5 años), y se estima que para el año 2000 será de 70 años. La mortalidad se reducirá de 14 a 9 por mil habitantes al fin del siglo.
Los países en desarrollo aumentarán su esperanza de vida en un promedio de 16 años, mientras que las naciones des-arrolladas sólo la incrementarán en 5 años. En la tabla 7 resaltan regiones como África oriental, centro y occidental, con tasas de mortalidad de 20 por 1,000 habitantes y expectativa de vida de 45 a 50 años promedio. Algunas regiones asiáticas con mortalidad de 17 por mil habitantes, mientras que en Europa es de un 10 por millón, en comparación con América y el Caribe, que registran 8 a un 9 por millón. Las esperanzas de vida más bajas coinciden con las tasas más altas de mortalidad, alcanzando los 70 años en los países desarrollados. Todas estas cifras se muestran optimistas en relación con el año 2000, con tendencias de mejoría mundial.
Tasas brutas de reproducción y expectativas de vida al nacer
La tasa bruta de reproducción mundial es actualmente de 2.3 por ciento y se espera abatirla a 1.6 para el año 2000. En los países desarrollados la tasa bruta de reproducción es de 1.3, en comparación con el 2.7 por ciento de los países en desarrollo, y abatirla es la esperanza de la humanidad para evitar la sobrepoblación. México ostenta un porcentaje del 3.2, según declaraciones del Lic. Cabrera Aceveda, secretario del Consejo Nacional de Población.
Desde principios de 1978 se estima que el porcentaje bajó a 3.0. Las políticas de población pretenden que con el proyecto de planificación familiar se logre mantener un ritmo de crecimiento del 1.0% en el año 2000. Sin embargo, los expertos consideran que será muy difícil lograr dicha meta. Con estas estimaciones, nuestra población alcanzaría para esa fecha los 102 a 108 millones y, de no lograrlo, nuestra población será de 132 millones.
Tasas de reproducción en América Latina
Las cifras relativas a la tasa de reproducción en América Latina corresponden al año 1960 y son respectivamente de: Guatemala, 7.2%, y Uruguay, 2.6%, y entre estos números se hallan los de-más países de la región.
Para el año 2000, Brasil, Fa-raguay, Colombia, República Dominicana y Argentina, Costa Rica, Chile, Panamá y Uruguay, 2.9; Solivia, Honduras, Haití y Nicaragua, 5.9; Perú, Ecuador, Salvador, Guatemala y México, 3.9; Cuba, 1.9.
Pirámides de población — estructura
Como puede observarse, continuará la marcada diferencia entre las de base corta y vértice amplio, en los países desarrollados, y las de base amplia y vértice angosto, para nuestros países en desarrollo, aunque las variaciones de 1970 al año 2000 son mínimas como lo demuestra la línea punteada. Podemos decir lo mismo para la relación hombres-mujeres, que también permanece invariable, observando siempre un predominio discreto del sexo femenino (a la derecha) sobre el masculino (a la izq.) a través del tiempo.
Conclusiones
El desarrollo de la Gerontología, como campo multidisciplinario dedicado a la atención de los problemas y necesidades de los viejos, está ampliamente justificado por las bases estadísticas que reflejan numéricamente un incremento de estos grupos. Sin embargo, las estadísticas sólo pueden servirnos de orientación ya que los verdaderos requerimientos dependen de las condiciones particulares de cada región, país, ciudad, comunidad y familia para llegar finalmente al "viejo" como punto neutral dentro de un ámbito social.
El viejo debe ser considerado como un recurso natural, con derechos constitucionales y con el deber de contribuir al, desarrollo y la estabilidad de la familia y del país.

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